Un artículo de  Eva Ochoa
Responsable Asistencia de Amavir

Con el paso del tiempo y el avance de la edad, tanto las capacidades físicas como mentales de las personas se van reduciendo progresivamente. El envejecimiento es un proceso natural irreversible, pero en nuestras manos está contribuir a llegar a la vejez de la mejor forma posible. ¿Cómo podemos lograrlo? Realizando actividades que promuevan el envejecimiento activo. Entre ellas se encuentran la alimentación saludable, la práctica de ejercicio físico, la realización de actividades que ejerciten la mente y el mantenimiento de buenas relaciones sociales.

En las residencias existen dos tipos de profesionales que son esenciales para fomentar el envejecimiento activo entre los mayores: los terapeutas ocupacionales y los fisioterapeutas.

Según la Asociación Profesional Española de Terapeutas Ocupacionales, la Terapia Ocupacional se define como “Profesión que se ocupa de promover la salud y el bienestar a través de la ocupación. El objetivo fundamental es ayudar en la capacitación de las personas para participar en sus actividades básicas de la vida diaria”. El resultado se consigue habilitando a las personas en tareas que optimizan su capacidad para participar activamente, y también modificando el entorno para que éste refuerce la participación.

Para llegar a la vejez de la mejor forma posible es fundamental realizar actividades que promuevan el envejecimiento activo

Aplicado a la tercera edad, la figura del terapeuta ocupacional evalúa las capacidades físicas, mentales y sociales del mayor para saber con qué actividades de la vida diaria facilita su activación. Cuando el terapeuta identifica las necesidades del mayor, trabaja con él de forma individualizada, adaptándose a sus capacidades con el fin de prevenir la pérdida y mantener o mejorar la autonomía funcional. El terapeuta ocupacional promueve un mayor grado de independencia y de integración social de los residentes, además de estimular y mantener las capacidades cognitivas que se ven afectadas por el envejecimiento.

La Terapia Ocupacional es esencial para fomentar la autonomía personal de los mayores a la hora de realizar sus propias actividades de la vida diaria. Esta disciplina puede desempeñarse con un objetivo estimulante, preventivo o de rehabilitación, por lo que no es necesario encontrarse en una situación de desventaja, de lesión o de incapacidad para poder realizarla. Lo mismo ocurre también con la práctica de otra disciplina socio-sanitaria: la Fisioterapia.

La OMS define la Fisioterapia como: «El arte y la ciencia del tratamiento por medio del ejercicio terapéutico, calor, frío, luz, agua, masaje y electricidad. Además, la Fisioterapia incluye la ejecución de pruebas eléctricas y manuales para determinar el valor de la afectación y fuerza muscular, pruebas para determinar las capacidades funcionales, la amplitud del movimiento articular y medidas de la capacidad vital, así como ayudas diagnósticas para el control de la evolución».

Los fisioterapeutas son los profesionales que se encargan de que los mayores conserven su movilidad, su resistencia y su fuerza. Con el paso de los años y el desgaste físico que esto supone, estas capacidades se van mermando, por ello la práctica de la fisioterapia es fundamental para poner solución, prevenir o minimizar esa pérdida.

Con la fisioterapia se busca conseguir que los mayores tengan la fuerza, equilibrio y amplitud articulares suficientes para alcanzar un estado que evite en la medida de lo posible situaciones de riesgo. Los fisioterapeutas se encargan de valorar las lesiones y limitaciones del mayor y así poder llegar a una solución para aplicar las diferentes técnicas rehabilitadoras.

El profesional de fisioterapia orientará su trabajo en lograr mantener el mayor tiempo posible las capacidades activas del mayor y así, junto con el terapeuta ocupacional, conservar y/o alcanzar la máxima autonomía.

Se tiende a pensar, erróneamente, que tanto la Terapia Ocupacional como la Fisioterapia solo deben practicarse una vez que se ha diagnosticado una lesión o una enfermedad. Sin embargo, la práctica frecuente de estas disciplinas reduce el riesgo de sufrir lesiones y supone una mejora tanto física como mental.

La Terapia Ocupacional y la Fisioterapia son fundamentales para que los mayores conserven sus capacidades en el mejor estado y durante el mayor tiempo posible. En el grupo de residencias y centros de día Amavir trabajamos con profesionales de ambas ramas que ayudan a las personas mayores a llevar a cabo un envejecimiento activo. Además, con la práctica de estas disciplinas mejoran su autoestima, su salud mental y, en general, su calidad de vida.