Un artículo de Patricia Gonzaga Sánchez,
enfermera en Ballesol Playa San Juan


Europa está envejeciendo. Tal y como apunta el informe de la Comisión Europea “2018 Ageging Report”, se prevé que la tasa de dependencia de las personas mayores en la UE aumente 21.6 puntos porcentuales, del 29,6% en 2016  al 51,2% en 2070. El impacto de este factor sociológico está siendo cada vez más significativo, afectando de forma transversal a diferentes aspectos de nuestra sociedad, economía, mercado laboral, relaciones sociales, necesidades sanitarias, etc… Es importante reseñar que no solo aumenta el número de personas mayores, sino que se incrementa la esperanza de vida de las mismas, lo que genera mayores limitaciones y una mayor necesidad de cuidados continuados.

Desde esta perspectiva de envejecimiento continuo, y ante el reto de no sólo aumentar los años de vida sino la calidad de los mismos, se hace cada vez más necesaria la figura de la enfermera geriátrica. Las profesionales de esta especialidad son capaces de prestar unos cuidados individualizados e integrales destinados a satisfacer tanto las necesidades médicas como las de todas las esferas que rodean al individuo.

En este artículo vamos a explorar desde una perspectiva sociosanitaria los retos derivados del envejecimiento demográfico y cómo la enfermería geriátrica puede aportar un valor significativo para satisfacer estas necesidades. En primer lugar, definiendo sus objetivos y posteriormente explorando el valor que aporta este colectivo profesional en diferentes áreas.

Las competencias profesionales de la enfermería geriátrica pueden aportar soluciones a los retos derivados del envejecimiento progresivo

Objetivos de la Enfermería Geriátrica

Los objetivos principales de esta especialidad son:

  • Atención integral
    Desde unos valores éticos y humanos imprescindibles, satisfacer de forma integral las necesidades de cuidados, los valores, intereses, y características individuales.
  • Cuidados de calidad
    Establecer un plan de cuidados para cada individuo basado en sus características particulares, en su historia de vida, valorando su estado de salud, sus necesidades básicas e identificando los factores de riesgo.
  • Atención individualizada
    Dado que el envejecimiento es un proceso diferente para cada individuo y que depende no solo del estado de salud, proporcionar una atención individualizada en la prestación de los cuidados.

Ante el reto del envejecimiento demográfico en Europa, existen diferentes áreas donde la enfermería geriátrica puede aportar valor. A continuación, exploraremos diferentes ejemplos desde las perspectivas definidas por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

Función Asistencial

  • Gestión del deterioro progresivo

En un contexto de envejecimiento de la población, la necesidad de ralentizar el deterioro progresivo de la salud y, en general, gestionar sus implicaciones es cada vez más relevante. La detección precoz, prevención, y el fomento de la autonomía de las personas requieren cada vez más de una atención profesionalizada para ser eficaces.

Respecto a la detección precoz, el personal de enfermería no sólo evalúa el estado de los residentes de forma continua en sus interacciones diarias (p.ej. su estado de actividad o variaciones en patrones de conducta/alimentación) sino que lo complementa con datos clínicos.

La prevención de nuevas enfermedades requiere de una estrategia integral que combina:

  • Seguimiento individualizado de los riesgos más relevantes que afectan a determinado paciente (p.ej. posibles complicaciones en alguna patología existente).
  • Participación en campañas periódicas de vacunación.
  • Garantizar las condiciones de higiene y patrones adecuados de alimentación, etc…
  • Otras actividades preventivas, como las restricciones de movilidad, distancia social e incluso aislamiento preventivo acometidas con motivo de la pandemia de Covid-19.

Finalmente, el personal de enfermería vela para que los pacientes mantengan su autonomía en diferentes ámbitos (p.ej. higiene, alimentación, movilidad, etc…) el mayor tiempo posible como forma de ralentizar el deterioro derivado a su pérdida.

Cuidados al final de la vida

Ante el aumento de los años de vida, la enfermería geriátrica y la prestación de cuidados paliativos están cada vez más unidas. Estos cuidados se prestan tanto en situaciones terminales claras como en aquellas en las que el deterioro es lento y progresivo. En ambos casos, el papel de la enfermera geriátrica es muy importante para prestar unos cuidados de calidad basados principalmente en el confort, en el control de los síntomas y el dolor, no solo físico sino también emocional. A este respecto, cabe destacar el apoyo psicológico tanto al individuo con a la familia, todo ello desde el respeto y de una manera empática.

Función Docente

La población general tiene un conocimiento limitado de las características, evolución y cuidados necesarios para afrontar las patologías y problemas derivados del envejecimiento. Por el contrario, la enfermería geriátrica realiza cada vez más una relevante labor docente tanto con los pacientes como con su entorno más cercano (familia, amigos,…) para poner estos conocimientos a su disposición. Por ejemplo, en enfermedades como las demencias es fundamental el soporte a las familias para que entiendan mejor las consecuencias y su evolución.

Función Gestora

  • Gestión de los cuidados

Las necesidades de una población envejecida no son fáciles de identificar por su cantidad y diversidad: alimentarias, higiénicas, emocionales, sanitarias, etc. Consecuentemente, cada vez es más complicado para las familias proporcionar un marco de cuidados adecuado conforme la edad o complejidad de las patologías avanza.

En los centros especializados la definición de los planes de cuidados se realiza en base al criterio de un equipo multidisciplinar de profesionales (médicos, enfermeras, psicólogos, nutricionistas, etc…), lo que permite identificar y cubrir las necesidades de cada paciente.

Así mismo, existen protocolos estándar para realizar el seguimiento de los planes de cuidados específicos en ámbitos como la nutrición, higiene, o complicaciones como las ulceraciones.

  • Gestión trámites administrativos

Algunas de las necesidades y tratamientos requeridos por la población envejecida requieren de incómodos o complejos trámites administrativos, frecuentemente desconocidos por parte del paciente o su entorno más cercano.

La enfermería geriátrica juega un papel muy relevante en la gestión de trámites como las citas médicas, la tramitación de documentación para obtener recursos especializados de la Seguridad Social – p.ej. material de ortesis como colchones anti-escaras, sillas de ruedas, etc…, y otros trámites complejos.

Función Investigadora

Finalmente, uno de los retos derivados de una población envejecida es ampliar el conocimiento existente sobre las enfermedades relacionadas y sus tratamientos. Para ello, los proyectos de investigación realizados por entidades públicas y privadas son un vehículo fundamental para la adquisición de nuevo conocimiento o la consolidación del existente.

A este respecto, la enfermería geriátrica participa activamente en la recolección de datos para este estudios de investigación, así como proporcionando retroalimentación a los equipos investigadores en base a su conocimiento y experiencia sobre el terreno. Por ejemplo, el proyecto BallePower realizó un estudio en colaboración con 8 residencias de la Comunidad Valenciana para aportar los mejores cuidados a las funciones físicas, cognitivas y emocionales. Como resultado, el estudio evidenció una mejoría significativa de la fuerza, resistencia, equilibrio, velocidad y disminución de caídas en los grupos de control.

Conclusiones

En este artículo, desde Ballesol hemos puesto en valor cómo las competencias profesionales de la enfermería geriátrica pueden aportar soluciones a los retos derivados del envejecimiento progresivo de la población en Europa. Considerando que nuestra única respuesta ante este tipo de factores sociológicos es la adaptación, proporcionar una respuesta eficaz va a requerir que como sociedad evolucionemos hacia un modelo socioasistencial donde la enfermería geriátrica y sus competencias sean ampliamente accesibles.