Un artículo de Isabel Vilches,
Responsable de Marketing y Comunicación de Fundación Siel Bleu España

Hace ya un año que nuestras vidas cambiaron para siempre, todo lo que creíamos saber, todo lo que dábamos por seguro se desmoronó en cuestión de días. La pandemia mundial del Covid-19 ha supuesto un cambio de paradigma: restricciones, prohibiciones, distancia social, aislamiento, enfermedad y hastío.

La sanidad ha sufrido un gran varapalo, la enfermedad ha llegado a muchas familias, pero no solo ha afectado la salud física sino también la salud mental. Es verdad que este virus no ha afectado por igual a todas las personas ni a todas las generaciones. Las personas mayores han sido las más afectadas y vulnerables.

Desgraciadamente hemos tenido que despedir a muchos mayores durante esta pandemia y en situaciones totalmente crueles e injustas. Pero muchos de ellos siguen sufriendo las consecuencias: no poder salir de las residencias, abandonar sus actividades diarias, no poder ver a sus seres queridos, sufrir la angustia por coger el virus… Siel Bleu nace con la filosofía de ayudar a ese nicho de mercado ofreciendo soluciones alternativas a problemas reales. El ejercicio físico tiene múltiples beneficios en todas las edades, incluyendo las personas mayores.

La actividad física moderada aporta flexibilidad, resistencia, fuerza y equilibrio, evita lesiones, caídas y deterioro tanto cognitivo como físico. Es por ello, que siempre hemos querido impulsar esta manera de pensar y promover el ejercicio tanto en casa como en las residencias, centros de día, espacios de gente mayor etc.

Pero sabemos, ¿cuáles son las consecuencias reales en este colectivo? Hemos querido acercarnos más y tener diferentes opiniones y actores en la convivencia con la Covid-19 y la gente mayor.

“Todo esto nos hará crecer”

Hemos querido adentrarnos en el corazón de una de las residencias de Barcelona, en concreto la Residencia El Sol, donde nos atiende la directora Maribel Villedes. Esta residencia tiene una ubicación totalmente privilegiada puesto que se encuentra en frente del mar. Pero a pesar de estas maravillosas vistas han pasado tiempos difíciles.

Después de hablar con ella y saber que afortunadamente el Covid-19 no ha cruzado sus puertas ya se respira con más tranquilidad. Pero que el coronavirus no haya logrado colarse en esta residencia es fruto de la labor de todos los trabajadores de la residencia y sus protocolos de protección.

Los usuarios de la Residencia El Sol ya pueden realizar paseos cortos y recibir visitas de familiares con todas las protecciones necesarias

Han seguido las normas a rajatabla y han brindado la residencia como si de un fuerte se tratara. Ahora ya pueden mirar hacia delante gracias a que el 100% de los residentes y personal ya tienen las dos dosis de la vacuna. Ahora ya permiten, sin bajar la guardia, paseos cortos y visitas de familiares con todas las protecciones necesarias.

Esta pandemia la hemos vivido todos pero el sector de las residencias ha sido, sin duda, el más castigado. “Teníamos miedo de perderlos”, nos contaba Maribel. Hicimos una regresión a los momentos más duros y nos contaba como tuvieron que prohibir las visitas, los paseos, las actividades físicas y todas aquellas pequeñas cosas que le dan a los mayores esa dosis de “aire fresco”. Gracias a esas estrictas, pero necesarias restricciones, no han tenido que lamentar pérdidas por Covid. También tuvieron que reinventarse y compraron una gran televisión para que pudieran ver las películas de su época como Sonrisas y Lágrimas, películas del oeste etc.

Pero a pesar de no tener que lamentar pérdidas, nos contaba como muchos de ellos han sufrido un gran deterioro tanto físico como emocional en esos duros momentos de confinamiento. Actividades como salir a comprar el periódico, pequeñas rutinas de ejercicio como las que ofrece Siel Bleu o dar un paseo por la playa se vieron interrumpidas y las consecuencias fueron terribles para los mayores.

Perder el contacto con sus familiares o hacerlo a través de las pantallas les privaba de esa cercanía que ellos tanto necesitan. “Muchos de ellos nos han dado grandes lecciones”, nos explicaba la directora del centro, puesto que se negaban a ver a familiares para protegerse y proteger al resto de residentes. “Tienen mucha más consciencia de la que tienen algunos jóvenes”.

Esta privación de la libertad que han sufrido les ha servido también para darse cuenta de la importancia de realizar actividad física. Maribel nos cuenta que algunos han perdido flexibilidad, destreza, están más tristes y desmotivados. Nos explicaba como uno de los ancianos antes de la pandemia podía moverse con autonomía y tras el confinamiento perdió totalmente la movilidad, por suerte, tras volver con Siel Bleu pudo volver a caminar. Las sesiones que ofrece Siel Bleu les “arrastra a hacer cosas, ya que, muchas veces se vuelven perezosos y no quieren hacer nada”.

Nos cuenta emocionada Maribel como cada día durante esta pandemia se llevaba la preocupación a casa y esperaba que el virus no consiguiera entrar, el trabajo duro y la constancia de todos los trabajadores han hecho que eso sea una realidad, “estoy muy orgullosa de ellos”.

Para acabar quisimos hablar de todo aquello positivo que esta pandemia nos deja, nos habla sobre la urgencia de vivir ahora, de luchar por lo que se quiere, lo fácil que es estar hoy y mañana no. “Todo esto nos hará crecer”.

Ahora que hemos podido saber la opinión de una directora de residencia hemos querido preguntar a una de nuestras técnicas de Actividad Física cómo lo ha vivido ella. Ella es Inés Molina, técnico de Siel Bleu.

¿Cuánto tiempo llevas trabajando en residencias?

He estado trabajando en residencias alrededor de un año.

¿Qué es lo que te llevó a esta profesión?

No es nada nuevo el hecho de que la esperanza de vida de las personas ha aumentado en las últimas décadas. Con ello, también ha aumentado la creación y adaptación de instituciones para el cuidado y la mejora de la calidad de vida durante la etapa de la vejez. Es por eso, que creo que es muy importante la formación de profesionales enfocados a mejorar la calidad de vida durante esta última etapa vital, haciéndola lo más activa posible. Y es por eso por lo que este campo me interesa como profesional.

¿Qué es lo que más valoras de trabajar con personas adultas?

Una de las cosas que más se valora durante la realización de nuestro trabajo es el agradecimiento con el que te responden la mayoría de residentes y/o destinatarios y el gran beneficio que es para ellos este tipo de actividades de estimulación.

¿Cómo se ha vivido el Covid desde dentro de las residencias?

Debido a que no estuve trabajando durante todo el tiempo de confinamiento no puedo contestar del todo a esta pregunta. Cuando volvimos al trabajo después de los meses de confinamiento en casa, se podía ver un cambio en los residentes a nivel cognitivo y de movilidad debido al parón en la mayoría de actividades de estimulación que se impartían antes.

Explícanos cómo era la vida antes y después del Covid en residencias.

Antes la realización de actividades era diaria y prácticamente había estimulación durante todo el día. Bien fuera por parte de los trabajadores o de familiares y en determinadas ocasiones por otro tipo de voluntarios u organizaciones que hacían actividades diversas, algo muy común y muy estimulante, que mantenía a los residentes activos, acompañados y orientados. El hecho de sufrir un cambio tan brusco de repente, ha hecho que, en muchos, el deterioro haya actuado con mayor rapidez o que los sentimientos de tristeza, abandono y ansiedad hayan aparecido, pues muchos de ellos quizá no llegan a comprender la situación, empeorando así su calidad de vida.

¿Cómo ha cambiado tu trabajo?

El mayor cambio en mi trabajo quizás sea a nivel del volumen de grupos de trabajo, es decir, antes, se trabajaba con grupos más grandes, lo que implica poder realizar más horas de estimulación a cada persona. Ahora, debido a las medidas de seguridad que hay que tomar debido al Covid, los grupos son muy reducidos e incluso hay veces que se realizan actividades individuales por lo que el alcance es mucho menor que antes.

Además, en mi caso, tengo que utilizar otro tipo de técnicas de estimulación cognitiva que eviten compartir objetos entre residentes, o estar demasiado cerca para interactuar entre ellos, o evitar tocar objetos, por ejemplo. Se ha aumentado mucho más la práctica de talleres orales de tal modo que no haya objetos ni mucho material de por medio para evitar cualquier vía de contagio.

¿Qué consecuencias has visto en los ancianos?

Las principales consecuencias de esta situación han sido un empeoramiento de la calidad de vida a causa de la privación de ver a las familias y amigos, y de la falta de estimulación tanto cognitiva como física como principales motivos entre otros como el propio hecho de haber estado enfermos.

¿Puedes explicar las diferencias que has encontrado en el antes y el después del confinamiento?, en cuanto a la condición física de los ancianos, estado de ánimo, actitud…

Tanto en el caso de la condición física como del estado de ánimo y el estado cognitivo todos ellos han sufrido un gran deterioro, retrocediendo a pasos agigantados si lo comparamos con cómo habría sido en condiciones normales.

¿Cómo el ejercicio físico puede ayudar a este tipo de colectivo?

Está comprobado que la estimulación física ayuda a conseguir un buen envejecimiento activo de la población y en concreto, en la situación que estamos viviendo ahora, puede colaborar tanto a la recuperación del tono y estado físico de los residentes que hayan sufrido la enfermedad como en la mejora del estado de ánimo que el confinamiento se ha llevado por delante.

¿Qué haríais para combatir las consecuencias del Covid?

Teniendo en cuenta que es una situación muy complicada, pues aún sigue habiendo muchas restricciones y riesgos, creo que lo más importante es mantener las horas de estimulación física y cognitiva para los residentes, de tal manera que poco a poco, se pueda ir restableciendo la normalidad a la que estaban acostumbrados.

Con esta entrevista acabamos y reflexionamos sobre las consecuencias de esta pandemia en las personas mayores y de cómo gracias al ejercicio físico podemos paliar alguna de ellas. Queremos dar las gracias a las personas que se han ofrecido a ayudarnos con este artículo y también agradecemos que cuiden con tanta vocación y cariño a nuestros mayores.