Un artículo de Patricia Carrasco Rivera,
del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM)
Fisioterapeuta en la Residencia Josefa Segovia de Madrid

Los avances en la medicina y en el estado de bienestar han permitido un aumento en la esperanza de vida, sobre todo en los países desarrollados que supone un verdadero reto a nivel de salud pública. Según el Instituto Nacional de Estadística, la población mayor de 65 años representa el 19.58% del total en España y se calcula que en el 2050 las personas mayores de 80 años serán el 30% de la población.

A la par que el envejecimiento de la población, el Deterioro Cognitivo es uno de los síndromes geriátricos que ha ido en aumento en los últimos años y se caracteriza por una merma en una o más de una de las funciones superiores como son:

  1. Memoria. La episódica suele estar más afectada que la memoria semántica.
  2. Funciones ejecutivas, como la capacidad de planificación, la atención o el razonamiento inductivo.
  3. Función visoespacial, que permite representar, analizar y manipular un objeto o nuestra posición en el espacio mentalmente.
  4. Lenguaje en el que puede estar alterada la capacidad de denominación, la fluidez verbal o la comprensión oral y escrita.

A esta disminución de las funciones cognitivas se suman alteraciones conductuales y psicológicas como la apatía, irritabilidad y ansiedad y donde el sujeto es consciente de sus dificultades, sobre todo en las fases tempranas de la enfermedad, lo que le genera stress e incertidumbre ante el futuro.

El deterioro cognitivo es, en muchos casos, la fase prodrómica o inicial de muchas patologías neurodegenerativas. Algunos estudios indican que entre el 15% y el 41% de los pacientes con deterioro cognitivo leve evolucionan a demencia después de un año.

Las enfermedades neurodegenerativas más frecuentes que cursan con deterioro cognitivo son:

  • Enfermedad de Alzheimer (EA)
    Según la CEAFA (Confederación española de Alzheimer), existen 1,200,000 enfermos en España. Es la primera causa de demencia en los países desarrollados y es un proceso irreversible y progresivo que destruye la memoria y las aptitudes del pensamiento y a la larga las tareas más simples de autocuidado. Representa del 60-70% de todas las demencias según la OMS.

    El daño cognitivo empieza hasta varios años antes del diagnóstico clínico por lo que es muy importante la implementación de programas de detección precoz lo que permitiría hacer intervenciones neurosicológicas en fases tempranas que podrían ayudar a ralentizar la evolución de la enfermedad.

    Las manifestaciones clínicas más frecuentes son:

    -Alteraciones del ritmo vigilia-sueño
    -Amnesia de evocación: el paciente hace las mismas preguntas reiteradamente.
    -Trastornos del lenguaje oral y escrito. Anomia. Circunloquios
    -Apraxia ideomotora. Dificultad para la planificación y secuencia de las acciones.
  • Demencia con cuerpos de Lewy (DCL)
    Es la segunda causa de Demencia en ancianos y son del 10 al 25% de los casos. Están alterados el lenguaje y la atención y en fases posteriores la memoria.
  • Demencia Frontotemporal (DLFT, Enfermedad de PicK)
    Es la tercera causa de demencia. Se caracteriza por una atrofia en áreas de los lóbulos temporal y frontal asociadas a la personalidad, la conducta social y el lenguaje.
  • Enfermedad de Parkinson
    Es la segunda enfermedad neurodegenerativa, motora, crónica y progresiva donde está afectado el sistema extrapiramidal y los ganglios basales, principalmente la sustancia negra y pérdida de neuronas dopaminérgicas causando un desequilibrio entre los neurotransmisores. La afectación motora se caracteriza por bradicinesia, temblor y rigidez que lleva a alteraciones de la postura, el equilibrio y la marcha. En el aspecto cognitivo, no presenta alteraciones de memoria, pero sí de la atención, la velocidad de procesamiento, la comprensión sintáctica y dificultad en encontrar palabras que denotan acción o movimiento (lenguaje de acción).
geriatricarea fisioterapia
La Fisioterapia contribuye a potenciar la capacidad funcional para que las personas con deterioro cognitivo sean autónomas el mayor tiempo posible y retardar la evolución de la enfermedad

La Fisioterapia ocupa un papel muy importante en la Intervención terapéutica en la Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias colaborando estrechamente con los demás miembros del equipo multidisciplinar para dar una atención integral al paciente y a su familia.

La OMS afirma que los estudios demuestran que “se puede reducir el riesgo de padecer Demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el uso nocivo de alcohol, controlando el peso, tomando una alimentación saludable y manteniendo unas concentraciones sanguíneas adecuadas de colesterol y glucosa”. Por lo que el papel de la Fisioterapia estaría también presente en la prevención como en el tratamiento de la enfermedad.

El ejercicio físico produce un efecto neuroprotector y neurotrófico generando mayores conexiones y produce un aumento del flujo de oxígeno cerebral. Además, mejora los patrones cardiovasculares disminuyendo el factor de riesgo vascular. El ejercicio ayuda al control del estrés y la ansiedad y tiene beneficios a nivel psicosocial.

Los objetivos de la Fisioterapia en el Deterioro cognitivo estarán dirigidos a potenciar la capacidad funcional que permita al enfermo ser autónomo el mayor tiempo posible y retardar la evolución de la enfermedad, mejorando la función del aparato locomotor, sistema cardiorespiratorio y las capacidades psicomotrices. Se realizará una evaluación del paciente para determinar el nivel de deterioro cognitivo y grado de colaboración, así como de su estado físico para elaborar un plan de atención personalizada, que debido a la fragilidad de los pacientes debe ser constantemente adaptado a sus circunstancias.

Se usarán diferentes escalas de valoración como puede ser el Tinetti o el Índice funcional de la marcha (IFM) para evaluar el riesgo de caída y las alteraciones de la marcha.

El programa de ejercicios debe ser multicomponente, incluyendo entrenamiento de la fuerza, del equilibrio, de la resistencia y la flexibilidad, así como ejercicios funcionales y ejercicios para mejorar los parámetros de la marcha (velocidad, largo del paso). Se recomendará el uso de ayudas técnicas (andador, bastón) para dar estabilidad y seguridad al paciente en la marcha. Además, se realizarán ejercicios de Psicomotricidad para mejorar el esquema corporal, esquema espacial y temporal. Y en los casos de pacientes que por su grado de deterioro cognitivo no colaboran con el tratamiento, se realizarán ejercicios activo-asistidos con el objetivo de prevenir en lo posible el “Síndrome de Inmovilidad”.

El envejecimiento es un proceso natural e irreversible que no necesariamente es sinónimo de enfermedad pero que implica una disminución de la capacidad funcional. Es necesaria la aplicación de medidas adecuadas desde las políticas de salud de prevención de los procesos neurodegenerativos, a través de la promoción de estilos de vida saludables que incluyan ejercicio físico regular, una correcta nutrición y mantener la actividad intelectual que ayude al desarrollo de una “reserva cognitiva” en nuestros adultos mayores.