geriatricarea inteligencia emocional Mayte Vázquez Resino



Un artículo de Mayte Vázquez Resino,
Psicóloga Sanitaria y Psicogerontóloga

“Una adversidad es una herida que se escribe en nuestra historia, pero no es un destino”
Boris Cyrulnic

Introducción. Síntomas y Prevalencia

Las artrosis es una enfermedad reumática, crónica y degenerativa que afecta al cartílago de las articulaciones. Es dolorosa y afecta al desarrollo de la vida diaria.

En una fase más temprana, se vincula a las articulaciones más pequeñas, concretamente a las articulaciones de los dedos de pies y manos. Una vez pasada esta primera fase, comienza a afectar también a tobillos, rodillas, caderas, codos, hombros y muñecas, pudiendo extenderse el daño también a la zona cervical.

Los síntomas suelen ser simétricos e inestables. En los períodos en que la patología es muy activa se agudizan los síntomas. Estos episodios se denominan exacerbaciones o brotes, no tienen una duración concreta, pero pueden perdurar semanas e incluso meses.

geriatricarea artrosis de rodilla
La enfermedad de la artrosis afecta al 10% de la población, porcentaje que se eleva al 90% a partir de los 80 años

Entre los síntomas podemos destacar:

  • Dolor en las articulaciones, localizándose en la unión de los huesos o de los huesos con los cartílagos.
  • Inflamación: Las articulaciones suelen presentar tumefacción o hinchazón, cuando la inflamación se mantiene varios meses, puede provocar deformación, alterando la forma de manos, pies, etc.
  • Rigidez: Los pacientes con artrosis, suelen presentar ridigez tras despertarse prolongadas, en sus articulaciones, llegando incluso a perderse determinados movimientos.
  • Fatiga y pesadez, estos síntomas acompañan a la enfermedad desde su inicio.
  • Síntomas emocionales: Frustración, depresión, ansiedad o estrés son algunos de los síntomas de índole psicológica que padecen los enfermos afectados de esta enfermedad.

Cualquier persona puede llegar a verse afectada por esta enfermedad, sin embargo y de acuerdo con los estudios al respecto, son las mujeres, entre dos y tres veces mayor que en varones y personas de mediana edad l (50 a 60 años) las que más la padecen.

La enfermedad de la artrosis afecta al 10% de la población y se calcula que, a partir de los 80 años, el 90% podríamos padecer esta enfermedad. En España y según los últimos datos, más de 240.000 personas padecen artrosis, esta cifra indica que está presente en un rango de cinco a diez personas por cada 1000 habitantes.

Prevención y envejecimiento activo en la artrosis crónica

Es un hecho, que esta alta prevalencia en los últimos años, se relaciona fundamentalmente al aumento de la esperanza de vida. Vivir más origina lógicamente el incremento de las enfermedades vinculadas al envejecimiento, destacando entre ellas, a nivel osteoarticular, la artrosis y la osteoporosis. Junto al envejecimiento de la población, la obesidad y la práctica sin control de deportes que dañan las articulaciones son factores de riesgo para desarrollar artrosis.

La incidencia de estas enfermedades varía entre los grupos de edad, así como el diagnóstico y tratamiento puede ser diferente en los distintos grupos de edad.

Al no existir una causa concreta y determinada para el desarrollo de la enfermedad tampoco podemos contar con un método de prevención eficaz y definitivo que erradique el riesgo de sufrirla. No obstante, se pueden poner en práctica algunos consejos relacionados con el modo de vida que favorezcan la reducción de las probabilidades de sufrir la enfermedad y fortalezca el organismo dotándolo de medios para luchar contra los síntomas y retrasando al máximo la aparición de los mismos.

Actualmente no existe una cura efectiva de la enfermedad, sin embargo si que existen tratamientos farmacológicos capaces de modificar la evolución natural de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.

La comida sana basada en el equilibrio y la riqueza nutricional se debe combinar con una actividad física frecuente y regular que fortalezca tanto los músculos como los huesos y mejore la circulación sanguínea.

Un estilo de vida activo y proactivo, donde las actividades que se realicen sean significativas y favorezcan un sentido vital a la persona, ayudarán a afrontar de manera óptima y desarrollar resiliencia ante el inicio y desarrollo de la enfermedad, haciéndole menos vulnerable a su sintomatología insidiosa.

De acuerdo con el estudio realizado por Gallardo y cols. (2016), sobre la incidencia de la artrosis en el adulto mayor, se pueden extraer varios aspectos relacionados con una mejor calidad de vida, entre otros se destaca que el 45% es regular, debido a problemas emocionales, limitación física, problemas económicos y por no recibir una atención sanitaria de calidad.

Intervención psicológica en personas mayores con artrosis. Hacia una mejor calidad de vida

Como hemos descrito en el epígrafe anterior, el objetivo es disminuir los dolores y mejorar el bienestar y calidad de vida de las personas afectadas con dicha enfermedad. Por lo cual, las intervenciones que desarrollen los psicólogos deben ser realizadas de manera conjunta y colaborativa con otros profesionales, destacando principalmente, dentro de la prevención primaria el desarrollo de programas de psicoeducación y formación.

En el área de la intervención y prevención secundaria, no debemos olvidar que el desarrollo de cualquier enfermedad, se fundamenta en un modelo biopsicosocial en la persona y se deben atender a aspectos psicológicos relevantes en la fundamentación de la misma como son: emociones, afrontamiento, autoeficacia, indefensión, distorsiones cognitivas, personalidad y dependencia.

Son fundamentales, por tanto, las intervenciones para el manejo del dolor, la calidad de vida, la capacidad funcional, etc, convirtiéndose los programas de actividad física adaptada a cada persona en los grandes aliados en esta etapa: natación, yoga o pilates ayudan a mantener la actividad funcional.

También la práctica de meditación, Mindfulness o la relajación muscular como la progresiva de Jacobson, son fundamentales para propiciar la mejora del estado anímico y disminuir la ansiedad que puedan generar los síntomas.

Son importantes, fomentar el desarrollo de herramientas de afrontamiento activo a la enfermedad, como son el desarrollo de una óptima comunicación, habilidades sociales, evitando que el paciente entre en el círculo vicioso de la desesperanza y el abandono.

Tambien es imprescindible ayudar al paciente a mantener una vida social y sexual adecuada, proporcionándole los recursos necesarios para adaptarse a la nueva situación.

Tambien es tarea de los psicólogos y psicogerontólogos, convertir al paciente en un mejor gestor de su salud, colaborando en esta tarea con los reumatólogos, el personal de enfermería, los fisioterapeutas, los rehabilitadores y otros profesionales sanitarios y propiciar un mejor apoyo familiar, informando y formando a la familia acerca de mecanismos de soporte para el enfermo y de convivencia en casa, incluyendo las relaciones de pareja.

Por último y no menos importante, es nuestro deber mejorar la adhesión activa a las prescripciones terapéuticas mediante programas de autocuidado que muestran al paciente la importancia del correcto uso de los fármacos, de la realización de los ejercicios, etc., así como la forma programada de instaurar estas conductas.

No debemos olvidar que la percepción del paciente sobre su problema determina que su conducta sea más o menos adaptativa.

Dentro de la prevención terciaria, cuando la afectación en la persona es más intensa, se puede ayudar con intervenciones de terapias de grupo y apoyo emocional, con el objetivo que la persona pueda seguir en el proceso de empoderamiento ante la enfermedad y vinculación compartida.

Conclusiones

Una vez aparecidos los primeros síntomas de la enfermedad, será imprescindible seguir con este ritmo de vida como tratamiento eficiente del dolor y como el mejor método de retrasar su avance.

En todos los casos, los familiares o cuidadores que se encargan de la asistencia o cuidado de alguna persona de edad avanzada deberán tener una especial atención a los síntomas de la artrosis para favorecer la reducción del dolor y ayudarlos a mejorar su calidad de vida.

La labor de los psicólogos es fundamental en estos pacientes, tanto desde el aspecto del manejo de la enfermedad, como del afrontamiento al dolor y mejora de la calidad de vida.

En nuestras manos está, seguir colaborando tanto en trabajos de investigación, como en programas sensibilización y de bienestar, con el fin de paliar los efectos y síntomas de la enfermedad a nivel físico y psicológico: ansiedad, depresión y pérdida de autoestima, entre otros.

Referencias:

Gallardo, C., Sánchez, M., y Rodríguez, M. (2018). La calidad de vida del adulto mayor con artritis reumatoidea. Enfermería Investiga, 1(1), 14-19. Recuperado de: file:///C:/Users/resin/Downloads/Dialnet-LaCalidadDeVidaDelAdultoMayorConArtritisReumatoide-6194299%20(1).pdf

Open-Reuma. s/f. [Blog]. El psicólogo en Reumatología. Recuperado de https://www.openreuma.es/el-psicoacutelogo-en-reumatologiacutea.html

Salud y Bienestar (2015). [Blog]. Artrosis, una consecuencia natural del envejecimiento. Recuperado de https://www.diariodesevilla.es/salud/Artrosis-consecuencia-natural-envejecimiento_0_968303590.html

Vademecum. (2020). [Blog]. La artrosis seguirá aumentando por el envejecimiento, la obesidad y la práctica sin control de ciertos deportes. Recuperado de https://www.vademecum.es/noticia-200228-la+artrosis+seguir+aacute++aumentando+por+el+envejecimiento%2C+la+obesidad+y+la+pr+aacute+ctica+sin+control+de+ciertos+deportes+_13966

Sobre la autora

Mayte Vázquez Resino es miembro del grupo de Buen Trato a las personas Mayores del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Voluntaria y miembro en activo del Equipo de Acción Específica de Personas con mayor vulnerabilidad (EAE + Vulnerabilidad) de “Grandes Amigos”.

Formadora y experta en intervención en desarrollo cognitivo y emocional, Mindfulness, Montessori y Psicología Positiva en personas mayores.