Un artículo de Accent Social,
entidad orientada a mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas

El concepto de autoimagen experimenta cambios a lo largo de la edad, pudiendo suponer una alteración en el grado de aceptación de la imagen corporal propia en personas mayores, debido a la asociación entre belleza y juventud existente en nuestra cultura.

La baja autoestima frecuentemente guarda una estrecha relación con el proceso de envejecimiento. El paso de los años, los cambios físicos y cognitivos, la pérdida de autonomía en algunos casos y el cambio en la rutina, pueden resultar difíciles de aceptar generando auto-rechazo y desaprobación. Por el contrario, el fomento del autocuidado favorece la autoestima y el bienestar de las personas mayores.

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El envejecimiento puede convertirse en la etapa perfecta para recuperar las aficiones que se abandonaron en algún momento por falta de tiempo

En los Servicios de Atención Domiciliaria (SAD) gestionados por Accent Social, el acompañamiento en el cuidado personal constituye una pieza clave en el día a día de estos servicios. Teresa Prieto, trabajadora familiar del Servicio de Atención Domiciliaria destaca la importancia de conocer en profundidad a la persona usuaria, “los colores, las formas, el estilo de vestir…Quizás haya cosas con las que no se atrevía en su juventud y con la edad ha ganado la suficiente confianza y seguridad en sí misma como para poder hacerlas. En ese caso, me gusta poder contribuir a ello.”, explica.

Del mismo modo, es importante conocer su personalidad y ayudar a potenciar todas sus virtudes. “Si es elegante, con gran saber estar… se trata de dar forma a todos los aspectos que conoces de la persona, especialmente a sus valores, para acompañarla en el proceso de búsqueda de su mejor versión”.

El mejor momento para retomar aficiones

El autocuidado también supone saber escucharse a uno mismo y tener en cuenta aquello que nos hace felices. Por ello, un aspecto fundamental es poder decidir voluntariamente cómo gestionar nuestro tiempo y qué sentido darle. La finalidad es seguir desarrollando las capacidades, potenciando la creatividad y la libertad de decisión.

De hecho, el envejecimiento puede convertirse en la etapa perfecta para recuperar las aficiones que se abandonaron en algún momento por falta de tiempo y seguir participando activamente en la vida social y familiar, a través de actividades de voluntariado, de ocio, de aprendizaje o de expresión cultural. Así, ser activo y mantener hábitos saludables significa participar en la sociedad de acuerdo con las necesidades, deseos y habilidades de cada uno, tratando de mantener una buena salud y relación con el entorno social, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y la longevidad.

Por ello, el equipo de profesionales del Servicio de Atención Domiciliaria también refuerza la motivación de los usuarios y usuarias para que retomen aquellas actividades que les satisfacen. “Puede ser un buen momento para volver a leer, pintar o reemprender las salidas culturales. Aquellas pequeñas cosas para las que nos suele faltar tiempo pero que son las que realmente nos complacen”, explica Cristina Fernández, jefa de servicio de Accent Social.

Del mismo modo, que las personas mayores practiquen ejercicio físico de forma regular en su día a día, les ayuda a mantenerse activas física y cognitivamente, así como a reforzar su salud cardiovascular. Por ello, en todos los servicios gestionados por Accent Social tratamos de fomentar la psicomotricidad y la actividad física a través de paseos y ejercicios pautados y dirigidos por nuestro equipo de profesionales, con la finalidad de seguir potenciando la autoestima de todas las personas.