Un artículo de Sanitas Mayores

La organización Mundial de la Salud (OMS) señala que para el año 2050 la expectativa de vida para las personas mayores de 60 años se incrementará en un 77%. Si bien es cierto que este dato puede considerarse un éxito del desarrollo de la sociedad, también lo es que constituye un gran reto para la misma.

En este sentido, uno de los efectos secundarios va a ser la prevalencia de las enfermedades asociadas con la edad, entre las que destacan aquellas de deterioro cognitivo como la pérdida de memoria, el Alzheimer, el Parkinson o la demencia senil, entre otras.

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El uso de la tecnología cotidiana puede contribuir positivamente evitar o ralentizar la progresión del deterioro cognitivo

La OMS también indica que la demencia afecta a cerca de 50 millones de personas en todo el mundo y calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre esta enfermedad en algún momento determinado. Tan solo en España, el número de personas afectadas supera las 700.000 entre los mayores de 40 años, según se recoge en el Plan Integral de Alzheimer y Otras Demencias, impulsado por el Ministerio de Sanidad.

Aunque la mayoría de las enfermedades relacionadas con la demencia no tienen cura como tal, sí resulta posible controlar los síntomas e incluso atrasar su aparición. A este respecto, está demostrado científicamente que las terapias no farmacológicas, aquellas que a través de agentes primarios no químicos mejoran la calidad de vida de las personas, tienen múltiples beneficios.

La terapia con música, la terapia asistida con animales, el acompañamiento terapéutico, los talleres de fotografía o la horticultura, entre otras acciones, mejoran las capacidades cognitivas, aumentan el bienestar emocional de la persona mayor y contribuyen a mantener una vida más activa y enriquecedora.

Además, el uso por parte de los mayores de la tecnología cotidiana también puede contribuir positivamente a templar este tipo de enfermedades que afectan al cerebro humano. Realizar tareas sencillas en un ordenador, un smartphone o incluso una tablet, por ejemplo, permite trabajar procesos cognitivos variados como la velocidad de reacción, la inhibición de respuestas o la evitación de distracciones además de aumentar su autoestima.

Existen asimismo múltiples aplicaciones creadas específicamente para estimular el cerebro de las personas con juegos mentales de lógica, memoria, inteligencia, lingüística o incluso cultura general contribuyendo así a trabajar con habilidades como la decisión, la concentración o la capacidad de hacer varias cosas a la vez.

Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el acceso a las tecnologías por parte de las personas mayores requiere de una serie de pautas y una adaptación para que se haga de la manera más sencilla y efectiva posible. Desde Sanitas recomendamos:

  • Entender su manera de pensar y, a partir de esto, mostrarles herramientas adecuadas para que puedan ver el lado positivo de utilizar estas funcionalidades.
  • Enseñarles nuevas aplicaciones y productos creados exclusivamente para ellos y que les pueden ayudar social, física y mentalmente.
  • Empezar con elementos sencillos y de fácil manejo como por ejemplo los smartphones con teclas grandes y software sencillo e intuitivo.
  • Escoger funcionalidades que atraigan su interés y sean útiles para que puedan visualizar las nuevas tecnologías como un instrumento de ayuda y conseguir llamar su atención.
  • Poner en valor y reconocer sus avances para motivarles y aumentar su autoestima.

En un contexto social de constante cambio y de digitalización resulta imperativo reunir todas las herramientas necesarias para garantizar un envejecimiento digno, saludable y feliz a las personas mayores, haciéndoles partícipes de la sociedad y de su desarrollo, y reforzando aspectos como su propia autoestima y sus relaciones afectivas.