/p>El derecho a la dignidad humana, algo tan obvio pero a la vez tan ignorado, debe ser el eje del modelo de Atención Integral Centrado en la Persona (AICP), tal y como apuntó la experta Teresa Martínez en su intervención en el XXVI Congreso Internacional de la Sociedade Galega de Xerontoloxía y Xeriatría (SGXX).
“El fin de la atención es la persona, su dignidad, su bienestar, sus derechos y sus decisiones, sin menoscabo del cumplimiento de sus deberes y la asunción de responsabilidades”, señaló en su ponencia Martínez, que insistió en que la atención socio sanitaria “ha de estar centrada en la persona, que además participa activamente en este proceso de atención, por lo que resulta imprescindible conocer su biografía, preferencias y deseos e identificar las capacidades personales, incluso cuando se trate de casos con importante deterioro, y, desde ellas, ofrecer apoyos relacionados con su propio plan de vida”.
En ese sentido, Teresa Martínez matiza que dicha atención “ha de ser integral, lo que requiere el desarrollo de una serie de servicios e intervenciones que deben articularse con los apoyos necesarios para permitir el desarrollo de los proyectos de vida de las personas en su entorno”.
Y para ello es fundamental “saber comunicarnos con las personas usuarias, las familias y el conjunto de profesionales del servicio o centro residencial, para despejar dudas y resistencias, escucharlas y abordarlas”. Este cambio “genera resistencias, que son temores que se asocian a este cambio”.
Además, las exigencias de este nuevo modelo comportan un cambio de paradigma que “conlleva sus riesgos” aseguró Martínez, porque “supone un cambio de calado que no se hace en poco tiempo, esto es un plan que llevará décadas. No sólo se trata de un cambio arquitectónico, sino también de los modelos de gestión, normas del centro, organización de los servicios, sistemas de evaluación de calidad, normativas, pero siempre haciendo compatibles y complementarias la calidad de gestión y la atención”.
Y es que “la AICP no es un destino, es un viaje sin fin, un viaje por la dignidad”.
“El fin de la atención es la persona, su dignidad, su bienestar, sus derechos y sus decisiones, sin menoscabo del cumplimiento de sus deberes y la asunción de responsabilidades”, señaló en su ponencia Martínez, que insistió en que la atención socio sanitaria “ha de estar centrada en la persona, que además participa activamente en este proceso de atención, por lo que resulta imprescindible conocer su biografía, preferencias y deseos e identificar las capacidades personales, incluso cuando se trate de casos con importante deterioro, y, desde ellas, ofrecer apoyos relacionados con su propio plan de vida”.
En ese sentido, Teresa Martínez matiza que dicha atención “ha de ser integral, lo que requiere el desarrollo de una serie de servicios e intervenciones que deben articularse con los apoyos necesarios para permitir el desarrollo de los proyectos de vida de las personas en su entorno”.
Y para ello es fundamental “saber comunicarnos con las personas usuarias, las familias y el conjunto de profesionales del servicio o centro residencial, para despejar dudas y resistencias, escucharlas y abordarlas”. Este cambio “genera resistencias, que son temores que se asocian a este cambio”.
Además, las exigencias de este nuevo modelo comportan un cambio de paradigma que “conlleva sus riesgos” aseguró Martínez, porque “supone un cambio de calado que no se hace en poco tiempo, esto es un plan que llevará décadas. No sólo se trata de un cambio arquitectónico, sino también de los modelos de gestión, normas del centro, organización de los servicios, sistemas de evaluación de calidad, normativas, pero siempre haciendo compatibles y complementarias la calidad de gestión y la atención”.
Y es que “la AICP no es un destino, es un viaje sin fin, un viaje por la dignidad”.
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http://blog.diagnostrum.com/2013/12/11/la-utopia-entre-el-envejecimiento-normal-y-el-ideal/