Las celebraciones, y más concretamente los excesos navideños a la hora de comer, pueden traer consigo efectos negativos para la salud de nuestros mayores, especialmente para aquellos que padecen enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión u otros problemas en los que la alimentación es clave para el control y tratamiento de la enfermedad.
Por eso no está demás recordar estas recomendaciones del Grupo de Trabajo de Nutrición y Alimentación de la SEGG para la correcta alimentación del mayor.
1- Llevar una alimentación variada, apetecible y muy nutritiva.
2- Fraccionar la ingesta en cuatro o más comidas cada día (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena).
3- Preparar y cocinar los alimentos adaptados a las condiciones de masticación de la persona mayor.
4- Hidratarse durante todo el día, aunque no se tenga sed. Como mínimo hay que tomar ocho vasos cada día que pueden ser: agua, infusiones, zumos naturales, caldo desgrasados o de verduras.
5- Intentar realizar las comidas con cierta regularidad de horarios.
Y especialmente en estas fiestas…
6- Moderar el consumo de sal y azúcar en los platos y postres.
7- El consumo de alcohol no debe sobrepasar uno o dos vasos de vino.
8- Incluir propuestas gastronómicas novedosas y adecuadas a estas fiestas, pero adaptando las texturas de los platos a las dificultades más habituales para tragar.
9- Respetar sus deseos y que pueda escoger los alimentos que más le apetezcan.
10- Escapar de la soledad y, siempre que sea posible, comer en compañía.
Y es que según el recién creado Grupo de Trabajo de Nutrición y Alimentación de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, gran parte de la población mayor de 65 años está diagnosticada de alguna enfermedad relacionada con la alimentación: más del 60% tienen hipertensión, un 38% diabetes, un 50% hipercolesterolemia, entre el 20 y 30% estreñimiento, que aumenta hasta el 50% pasados los 75 años, y un 38% padece osteoporosis, cifra que asciende hasta el 70% en la población mayor de 80 años. De ahí radica la importancia de la alimentación de los mayores, y más aún durante estas fiestas.
Pero, además, un elevado porcentaje de mayores se enfrentan también a otro tipo de problemas que influyen en su alimentación y nutrición:
– La falta, en mayor o menor medida, de piezas dentarias o de prótesis dentales mal ajustadas, que trae consigo problemas de masticación.
– Atrofia en las papilas gustativas, que alteran el sentido del gusto. Además, esta sensación se ve incrementada por el habitual consumo de medicamentos que se da en los ancianos.
– El estómago presenta un retraso en su vaciado produciendo digestiones más lentas y gases.
– En el intestino delgado, con el paso del tiempo, disminuye la superficie de absorción y, por tanto, se aprovechan peor las sustancias nutritivas.
– En el intestino grueso se observa un tránsito intestinal más lento, lo que propicia el riesgo de padecer estreñimiento.