/p>La exclusión social sanitaria a la que se ven afectados algunos sectores de población por la crisis está provocando un incremento en los índices de alcoholismo y en la prevalencia de enfermedades mentales, tal y como se pone de manifiesto en la revista digital EIDON, de la Fundación de Ciencias de la Salud, que analiza las repercusiones sanitarias de la crisis.
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La marginación sanitaria a la que se ven afectados algunos sectores de población está provocando un incremento en los índices de alcoholismo y en la prevalencia de enfermedades mentales

Para los especialistas consultados por esta publicación, algunas de las soluciones para acabar con este problema pasarían por ampliar la cobertura sanitaria a un mayor porcentaje de población, disminuir los servicios de copago e incrementar el número de los servicios ofrecidos.
En los artículos “Enfermedad y exclusión social: De la salud como derecho a la salud como mercancía”, de Sergio Minué Lorenzo; y “La exclusión sanitaria en España”, de Pedro Fuentes, se explican ampliamente las consecuencias del Real Decreto 16/2012 que el Gobierno dictó para recuperar las figuras del asegurado y del beneficiario, y aumentar las prestaciones en las que el usuario ha de pagar, así como la cuantía de los pagos.
Esto ha tenido efectos negativos para las personas excluidas, impidiendo que accedan a los servicios aquellos que más lo necesitan. Como consecuencia, “unas 750.000 personas se quedaron sin tarjeta sanitaria, a lo que hay que sumar los sucesivos recortes presupuestarios que merman todavía más la calidad de los servicios ofrecidos”, afirma Pedro Fuentes, del Equipo de Promoción de Derechos y Economía Solidaria de Cáritas Española.
Además, tal y como señala el profesor Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, en el editorial de la revista, “la actual legislación priva a las personas excluidas de algunos derechos, pero no hay duda de que tenemos obligaciones hacia ellos, tanto individual como colectivamente”.
De hecho, buen ejemplo de la conciencia social que existe actualmente en torno a este problema de la marginación es el auge de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) y otras asociaciones como Cáritas.