/p>Consciente de la importancia de incentivar un envejecimiento saludable a través de programas de ejercicio físico terapéutico, el grupo Puente Real ha incorporado en su equipo asistencial al fisioterapeuta como figura indispensable en el cuidado de aquellas personas que presentan alguna limitación o dependencia funcional como consecuencia de discapacidades físicas, sensoriales o intelectuales.
Geriatricarea Puente Real fisioterapia
El fisioterapeuta es una figura indispensable en el cuidado de aquellas personas que presentan alguna limitación

Y es que el envejecimiento lleva consigo una natural reducción en la capacidad física del individuo, pérdida de fuerza, de la capacidad aeróbica, disminución de la flexibilidad, alteración del equilibrio y de la coordinación. Por ello, el fisioterapeuta es el profesional de la salud que presenta las competencias propias para trabajar en el proceso de envejecimiento, ya que tiene las herramientas claves para prevenir, asistir y recuperar los procesos a los que se ven sometidos las personas mayores en esta etapa de la vida.
Por ello, desde Puente Real Servicios Residenciales para Mayores se hace un llamamiento a las administraciones públicas para que comiencen a asumir la responsabilidad de poder ofrecer a los ciudadanos con procesos crónicos ya sean mayores o no, el acceso directo a fisioterapia como profesional sanitario de primer nivel, adecuado para abordar la cronicidad.
Y es que tal, y como afirma Mª Ángeles Cardero, responsable del Área de Fisioterapia de Puente Real, “fomentar la figura del fisioterapeuta en el ámbito del servicio privado o en centro de atención a la dependencia no debe ser exclusivo por sus avances y resultados positivos para una mejora de la salud entre los mayores de 65 años».
Y es que está científicamente demostrado que ayuda a prevenir las caídas y a prevenir diferentes enfermedades mejorando el estado físico y mental de quienes lo practican. Todo ello teniendo en cuenta, además, que el pasado año la población mayor de 65 años rondaba el 18,2% de la población total española, situándose la esperanza de vida en nuestro país alrededor de los 82 años.
Existe una conexión directa pero no indispensable entre el aumento de la población envejecida y el aumento en los estados de dependencia, motivo por el cual, al menos el 46,5% de la población mayor de 65 años presenta alguna dependencia funcional para el cuidado personal o actividades básicas de la vida diaria.