/p>Por la especial vulnerabilidad de las personas de edad avanzada, las residencias deben de estar especialmente atentas a prevenir posibles brotes de legionelosis, una enfermedad especialmente activa en verano debido a las altas temperaturas, tal y como advierte Aránzazu Bocanegra, profesora de Nutrición e Higiene Alimentaria de la Escuela Internacional de Gestión Hotelera Vatel España.
Esta experta recuerda que la legionelosis es un enfermedad que puede llegar a ser mortal especialmente entre personas mayores, niños e inmunodeprimidos, y que el verano es una época en la que hay que estar especialmente alerta ante posibles casos, ya que se concentran diversos factores que facilitan los brotes, afectando especialmente a edificios de carácter colectivo.
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Las torres de refrigeración pueden ser un foco de aparición y difusión de la legionella

En esta época del año suelen incrementarse los casos de legionelosis, una enfermedad pulmonar que en el 90% de las infecciones está causada por la bacteria Legionella pneumophila, que puede cursar de dos maneras diferentes en los afectados: una más leve, de sintomatología similar a la de un resfriado, denominándose Fiebre de Pontiac, y otra más severa, con dolencias equiparables a las de una neumonía, identificada como la Enfermedad del legionario.
Existen una serie de factores que favorecen la aparición de esta enfermedad, como las altas temperaturas, ya que la bacteria se multiplica con mayor facilidad entre los 25 ºC y los 45 ºC, y las aguas estancadas: la bacteria Legionella pneumophila prolifera en el medio acuático.
En este sentido, Aránzazu Bocanegra recuerda que hospitales, balnearios, hoteles y residencias son considerados por la OMS como edificios especialmente proclives a ser afectados por los brotes. “La entrada en el organismo se produce por vía respiratoria, a través de instalaciones que utilizan el agua en su funcionamiento y, sobre todo, aquellas que producen aerosoles”, por lo que se perciben como elementos de riesgo las torres de refrigeración, los condensadores evaporativos, las instalaciones de aguas en spas y balnearios y las instalaciones sanitarias de agua caliente.
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La prevención es clave para mantener intacta la seguridad de los usuarios de centros socio-sanitarios

Las residencias disponen de varias de estas instalaciones, por lo que no han de bajar la guardia ante el diseño y mantenimiento técnico de las mismas, principales armas para prevenir la aparición y multiplicación la bacteria en ellas. Así lo indica el Real Decreto 865/2003 del 4 de julio, normativa que establece los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. “El adecuado mantenimiento, incluyendo la correcta limpieza y la desinfección de los mismos, es primordial si queremos evitar los problemas”, advierte la profesora, añadiendo que también “hay que prestar atención a la calidad y propiedades físico-químicas del agua empleada”.
Así, los trabajos de prevención son clave para la seguridad de los usuarios de centros socio-sanitarios. No sólo por ética profesional, ni por ahorrarse una mala noticia que eche por tierra la imagen corporativa de un centro, sino también porque, tal y como apostilla la especialista, “el titular de las instalaciones es el máximo responsable de la aplicación de las normas higiénico-sanitarias, a pesar de que contrate a terceros para su realización”, por lo que las responsabilidades recaerán sobre él.
Cabe recordar que la legionelosis afecta cada año en España a más de mil personas.