Geriatricarea Economía del envejecimiento Catalina Hoffmann

Un artículo de Catalina Hoffmann
Consejera delegada y socia fundadora de la red de franquicias de Centros de Día Vitalia y creadora del Método Hoffmann.




El envejecimiento de la población en España, la vieja Europa y en buena parte de los países occidentales ha generado una nueva Economía del Envejecimiento en el mundo que, por desgracia, está sólo sustentada en un nicho económico que nos puede aportar el mundo senior –cosa que es cierta, respetable y legítima– pero no en base a los parámetros sociosanitarios para prestar una atención y servicio Premium a las personas mayores.
Corremos el riesgo de correr mucho para no perder el tren de la oportunidad, pero sin control. No todo vale, no debiera al menos de valer, cuando se trata de nuestros mayores. Cada día nacen nuevos proyectos dirigidos a las personas con más de 65 años, pero que no nacieron pensando en ellos, al menos no en su bienestar.
Turismo senior, construcción senior, ropa, utensilios de cocina, productos para senior de todo tipo, precio y condición que, todo hay que decirlo, no pasan por los controles y las inspecciones de, por ejemplo, un centro de día para mayores o una residencia.
No debiera ser lo mismo adaptar una habitación o un hogar al completo para una persona con discapacidad o para un mayor. Pero hoy lo es. Sin darnos cuenta, les convertimos o les hacemos ver que son personas dependientes, cuando la mayor parte de la población del mundo con más de 65 años es independiente y goza de buena salud.
Un mismo producto senior no puede ser igual si es para alguien de 70, 80 o de 90 años. Que esto y más, afortunadamente, vamos a vivir. Igual que no es igual un afectado de Alzheimer de otro –depende de su entorno, situación social, cultura– , no es lo mismo tener achaques propios de la tercera edad que ser una persona dependiente.
¿Tenemos todo esto claro en el producto senior? ¿Se está analizando esto por las instituciones y grandes organizaciones de mayores? ¿Dónde están los expertos en envejecimiento cuando se lanza al mercado, por ejemplo, un paquete de turismo senior? Creo que debemos de alejarnos de la idea del baile de los pajaritos. Creo que debemos formar a camareros, recepcionistas, a todo el personal y plantilla de hoteles, albergues y casas rurales de cómo atender y dar la mayor calidad a los mayores.
En este sentido, hace poco, cuando hablaba con un empresario que organizaba rutas en la montaña me decía que es fácil adaptarla a los senior: “se les manda a la que hacen los niños más pequeños y punto”. Y tan ancho nos hemos quedado todos buscando nuestro hueco en esta Economía del Envejecimiento, que será la gran oportunidad para una nueva era y que no debemos desaprovechar ni emprendedores, ni instituciones públicas y privadas y, desde luego, los propios seniors.
Tenemos por delante un mundo aún naciente en esta área económica y de todos depende que seamos capaces de ofrecer un producto de calidad y responsable.