/p>Cada día son más los centros de atención a personas mayores que instalan salas Snoezelen o aulas multisensoriales, y para conocer en profundidad cómo su empleo contribuye a mejorar la vida de los usuarios, Blanquerna-Universitat Ramon Llull y Sanitas Mayores han suscrito un convenio de colaboración para investigar el efecto positivo de este tipo de terapia de estimulación sensitiva en los planos cognitivo, afectivo y de calidad de vida en personas mayores con demencia leve, moderada y severa.
geriatricarea Snoezelen Blanquerna Sanitas Mayores
Esta acuerdo ha sido formalizado por Josep Gallifa i Roca y Domènec Crosas

Con una metodología mixta, la investigación combinará herramientas cuantitativas, como escalas de calidad de vida, tests o cuestionarios; y cualitativas, como los análisis de las filmaciones de las sesiones cualitativas.
Este estudio se llevará a cabo con la colaboración de 90 pacientes residentes en centros de Sanitas Mayores, en distintas fases de la enfermedad, que asistirán a una sesión semanal de terapia multisensorial a lo largo de 12 semanas, tiempo estimado para la fase de recogida de datos.
Tal y como comenta Josep Gallifa i Roca, decano de la Facultat de Psicologia, Ciències de l’Educació i de l’Esport Blanquerna-URL, “el valor de este proyecto está en que viene a llenar el vacío existente en investigaciones científicas sobre el uso y efecto de esta terapia. Su reciente desarrollo y la dificultad de investigación con personas con demencia son dos de las principales razones que explican la carencia de estudios de calidad metodológica”.
En este sentido, Domènec Crosas, director general de Sanitas Mayores, destaca que “se trata de un tema de enorme interés para Sanitas Mayores dada la especialización en el cuidado de la demencia de la compañía, que pasa por la continua incorporación de terapias innovadoras, como es el caso de las salas Snoezelen”.
La terapia Snoezelen busca proporcionar experiencias agradables que fomenten el bienestar emocional y aumenten la relajación, gracias a lo cual se reducen los comportamientos disruptivos, lo que facilita el tratamiento de estas personas y mejora su sociabilidad, tanto con sus familiares como con los compañeros del centro y sus cuidadores.
Para ello, se utilizan estímulos personalizados a través de materiales relacionados con los cinco sentidos: visuales (pintura fluorescente, proyectores de luz, linternas), auditivos (panel de sonidos, música), olfativos y gustativos (aromas, degustaciones), táctiles (peluches, texturas), vestibulares (columpios, hamacas) y propioceptivos (sillas, almohadas, piscina de bolas).
Conducidas por un terapeuta especializado, las sesiones suelen tener una duración aproximada de 30 minutos y trabajan, entre otras funciones, la confianza en uno mismo, el autocontrol, la relajación, la exploración, la comunicación, el bienestar y la concentración. En la actualidad se aplican en el tratamiento a diferentes colectivos: personas con discapacidad, personas con problemas de aprendizaje, personas con altos niveles de estrés y personas con demencia.