Un artículo de Juan Carlos Ofarrill publicado en TiTi, revista especializada en el área del envejecimiento

Cuando se piensa en la enfermedad de Parkinson (EP) lo más común es asociarla a lo que especialistas denominan síntomas motores (rigidez, temblores, lentitud de movimientos, entre otros), sin embargo, casi el 80 % de los afectados por esta enfermedad sufren en algún momento problemas emocionales, e incluso el 40 % requerirán atención psiquiátrica o psicológica. Este artículo ofrece un repaso a las causas y manifestaciones clínicas de las alteraciones psicoemocionales asociados a este padecimiento neurodegenerativo.

geriatricarea depresión en las personas mayores
Casi el 80 % de los afectados por Parkinson sufren problemas emocionales en algún momento

Causas generales de las alteraciones psicoemocionales en la enfermedad de Parkinson

Las alteraciones psicoemocionales en la enfermedad de Parkinson pueden tener causas diversas. Una de ellas es la reacción psicológica al hecho de padecer una enfermedad incurable, progresiva, con síntomas muy llamativos y que a menudo pueden hacerte sentir vergüenza en público. También pueden ocurrir como resultado de la degeneración de diferentes estructuras cerebrales como el hipotálamo y el lóbulo frontal o por déficits en los neurotransmisores. Un tercer motivo sería el efecto secundario de la toma de L-dopa o las altas dosis de otros medicamentos anti-parkinsonianos.

Principales alteraciones psicoemocionales en la enfermedad de Parkinson

Ansiedad
Uno de los trastornos más frecuente es la ansiedad. Sus manifestaciones clínicas incluyen angustia, nerviosismo constante, inquietud, incapacidad para relajarse, inestabilidad emocional, dificultades para respirar, taquicardia o palpitaciones, tensión muscular y dolores de cabeza. Puede aparecer sola pero lo más común es que aparezca asociada a la depresión.
Cuando un problema externo provoca ansiedad en un paciente de párkinson, los síntomas parkinsonianos como el temblor y la rigidez suelen empeorar. Se ha encontrado, además, que algunos fármacos como selegilina,  apomorfina y ropirinol pueden producir inquietud y ansiedad.
Ansiedad social y fobia social
También es común que los enfermos de Parkinson muestren malestar intenso de tipo ansioso cuando se encuentran en contextos sociales lo cual pueden llevarlos a evitar situaciones cotidianas como encuentros  con  amigos,  comidas  familiares,  hablar  con desconocidos, pasar vacaciones con otras personas o ir al cine. Casi un 70 % de ellos se avergüenza de su imagen pública y tienden a salir poco de casa.
Hipocondría
Es posible que aparezca el temor a padecer una enfermedad peor que el Parkinson o a morirse pronto. A veces llegan a estar convencidos de que ya padecen cáncer cerebral, una cardiopatía o un raro mal desconocido por la ciencia.
Trastorno obsesivo-compulsivo
En estos pacientes es más frecuente que en la población general que aparezcan signos obsesivos. Entre tales signos puede mencionarse la realización de gestos o conductas rituales (encender la luces al entrar a cualquier habitación, aunque haya claridad, por la creencia de que si no se hace ocurrirá una desgracia) y la presencia de un detallismo extremo. En algunas ocasiones la aparición de estas manifestaciones se debe a una defensa psicológica contra la inseguridad personal y la falta de control que los pacientes sienten en su vida. Pero en la mayoría de las ocasiones se debe a afectaciones neurológicas.
Depresión
Este es el trastorno mental más frecuente, se da en el 60 % de los pacientes de Parkinson. Por lo general suelen ser depresiones de matiz asténico que incluyen síntomas como baja energía, apatía,  abulia,  falta  de  placer  en  las  actividades,  desesperanza  pesimista  hacia  el  futuro  y sensación de impotencia actual con baja autoestima.
Insomnio
Existe también una alta probabilidad de que el sueño se vea afectado. El insomnio puede ser inicial (dificultad para comenzar a dormir) o puede ser intermitente (dificultad para mantenerlo durante toda la noche). Las causas de ello son múltiples. Van desde aspectos propios de la enfermedad neurodegenerativa que afectan el sueño en tanto función neurológica hasta el estilo de vida sedentario.
Trastornos sexuales
Dos de cada tres enfermos de Parkinson muestran algún tipo de problema sexual: impotencia  sexual masculina (60%), falta  de  deseo  sexual (20-30%),  hipersexualidad  (12%) eyaculación  precoz  o retardada (15%). Aunque estas afectaciones no comprometen la vida del paciente, son una de las principales fuentes de insatisfacción, baja autoestima y conflictos de pareja.
Psicosis
Cuando aparecen alucinaciones, delirios o confusión mental por lo general se debe a efectos secundarios de la medicación anti-parkinsoniana.
Es importante saber que la propia diversidad de las causas de estas manifestaciones clínicas hace que el tratamiento de ellas sea variado y que cada caso deba ser evaluado de forma muy particular. En unas ocasiones será necesario modificar la medicación, en otras incorporar un nuevo fármaco y, a veces, asistir a sesiones de psicoterapia. Pero el denominador común es que apenas la persona con Parkinson, o un familiar que esté a su cargo, detecte alguna de estas manifestaciones se acuda a un profesional de la salud para que determine cuál es el mejor camino a seguir.
Referencias bibliográficas
Anxiety, depression and emotional changes. Disponible enhttp://www.parkinsonsvic.org.au/parkinsons-and-you/anxiety-depression-and-emotional-changes/
Blonder, L., & Slevin, J. (2011). Emotional Dysfunction in Parkinson’s Disease. Behavioral Neurology, 24(3), 201-217.
Rodríguez del Álamo, A., Vicario, A., Donate, S., & de Benito, F. (2003). Trastornos mentales en la enfermedad de Parkinson (parte II): Aspectos clínicos  y tratamientos diferenciales.Pisquiatría.com, 7(2).