alzhéimerRecientemente se ha desarrollado en Madrid la II Edición Sanitas en Demencia, un encuentro que cuenta con el aval científico de la Sociedad Española de Neurología.
En esta ocasión, el foro se ha centrado en el importante avance que representa el empleo de biomarcadores en el diagnóstico temprano del Alzheimer, que podría realizarse incluso antes de que la enfermedad manifieste sus primeros síntomas.
Gracias a ello, se podría tratar al paciente en los primeros estadios del Alzheimer y ralentizar su avance. Además, la utilización de biomarcadores supone un avance sustancial en la metodología de los ensayos clínicos, dado que permite una mejor selección de los pacientes.
Según explicó el ponente Pedro Cano, director de innovación médica y sistemas de gestión de Sanitas Mayores“todavía queda mucho camino por recorrer pero los avances alcanzados y las perspectivas futuras son relevantes” y ha asegurado que, “para Sanitas, la demencia es un área prioritaria y, por ello, se trabaja de forma activa para conseguir diagnósticos más rápidos, mejorar los síntomas de este tipo de enfermedades y por mantener una relación de calidad con el paciente”.

Los problemas del cuidador

Asimismo, en la II Edición Sanitas en Demencia, se ha reivindicado la importante labor que realizan los familiares de las personas que sufren algún tipo de demencia ya que, en la gran mayoría de casos, son ellos quienes se encargan del cuidado del paciente.
“El cuidado de la persona que padece algún tipo de demencia pasa en muchos casos por la figura de un cuidador no profesional, normalmente un familiar que se encarga de su bienestar. Es por esto que es fundamental una comunicación fluida con estos cuidadores para que puedan procurar la mejor asistencia a los afectados y para que no se sientan abandonados en el duro proceso de acompañar a un ser querido durante el desarrollo de una demencia, ha afirmado en este foro Cristina Fernández García, neuróloga del Hospital Universitario La Moraleja de Madrid.
Los cuidadores se enfrentan también a desafíos que tienen que ver con la ausencia de ayudas técnicas para el manejo del dependiente, como grúas o camas articuladas y otro tipo de recursos especializados. No obstante, el mayor problema al que se enfrenta el cuidador es el deterioro de la propia salud. El síntoma que manifiestan con más frecuencia es el cansancio y la falta de fuerza física; el desánimo, la depresión y otros problemas de tipo físico, y todo ello sin olvidar la enorme carga emocional para el cuidador y su entorno, unido a las situaciones socioeconómicas que el Alzheimer genera”, recalcó la doctora Fernández.
En este sentido, el diagnóstico precoz de la enfermedad, a través de biomarcadores u otras vías en las que se está trabajando –medicina nuclear, radiodiagnóstico, etc.–, permitiría también mejorar la calidad de vida tanto del enfermo como de sus cuidadores.