/p>La fragilidad es un síndrome geriátrico relacionado con una mayor mortalidad y discapacidad de las personas que la padecen. Por suerte es reversible gracias al ejercicio físico y la suplementación nutricional, tal y como se puso de manifiesto en el segundo curso de la edición 2018 de la Cátedra ORPEA en Paciente Anciano, que bajo el titulado “Ejercicio físico y nutrición hiperproteica: una sinergia ganadora en el anciano frágil” celebrada en el Hospital Universitario HM Montepíncipe.
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Este curso de la Cátedra ORPEA se ha desarrollado bajo el titulado “Ejercicio físico y nutrición hiperproteica: una sinergia ganadora en el anciano frágil”

La directora Sanitaria de ORPEA, Victoria Pérez, y la médica adjunta del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario HM Montepríncipe, María José Tejada, fueron las encargadas de inaugurar la jornada.
Tras ellas tomo la palabra Javier Martínez Peromingo, coordinador Sociosanitario de Hospitales Públicos de Madrid Quirónsalud y médico geriatra del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, que destacó en su ponencia “Valorar para poder prescribir la sinergia ganadora en el anciano frágil en el ámbito residencial” que la valoración de la fragilidad y el estado nutricional del mayor deben formar parte de la valoración geriátrica integral.
Esta especialista también insistió en que “la capacidad funcional es un instrumento fundamental a la hora de valorar la fragilidad y las complicaciones adversas que ésta puede conllevar”, y describió métodos sencillos para realizar esta evaluación, para lo cual “se deben usar herramientas validadas, adaptadas a nuestro medio y que pueda ser llevada a la práctica”.
A continuación, los doctores Martínez Peromingo y Álvaro Recio Montoro, fisioterapeuta del hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, reflexionaron sobre “La prescripción de la sinergia ganadora (ejercicio y suplementación nutricional)”. El geriatra hizo especial hincapié en que combinar suplementos con ejercicio físico refuerza los efectos que tienen cada una de las intervenciones de manera independiente sobre la masa muscular, la fuerza, el balance y la velocidad en las personas mayores de 65 años. Además, “si la ingesta de proteínas se realiza justo después del ejercicio físico tiene un efecto óptimo en los músculos”, subrayó.
En lo que respecta actividad física, Martínez Peromingo afirmó que los médicos deberían prescribir ejercicio físico como si de un medicamento se tratara, porque la actividad está relacionada directamente con el índice de fragilidad. En este sentido, Álvaro Recio hizo recomendaciones para construir un plan de ejercicio físico eficaz con distintos tipos de entrenamiento, en función de la capacidad funcional de la persona mayor.
Este encuentro se enmarca dentro del programa de formación que ORPEA pone a disposición de su equipo médico y sanitario, con el objetivo de mejorar calidad en la atención, para lo de es fundamental la formación del personal.