El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha iniciado una actuación de oficio con el Ayuntamiento de A Coruña solicitando información sobre la situación de una mujer de 91 años localizada sola en su casa tras haber pasado varios días sin comer ni beber.

El Defensor del Pueblo advierte del creciente problema que supone la soledad no deseada, que afecta a miles de personas mayores en España

 
La Institución también ha pedido conocer los programas, medidas y acciones que tiene el citado ayuntamiento para atender a estas personas con el objetivo de detectar las dificultades existentes para ofrecer a las personas mayores la atención que su situación pueda requerir.
Este no es un hecho aislado, y el Defensor del Pueblo ha puesto de manifiesto, en numerosas ocasiones, su preocupación ante el progresivo incremento de personas mayores que viven solas en nuestro país y la necesidad de incrementar recursos y medios para conseguir una atención humanizada a este colectivo.

Fernández Marugán considera necesario que los poderes públicos aborden de manera urgente el problema de la soledad no deseada que afecta a miles de personas mayores en España

En este sentido, considera necesario que los poderes públicos aborden de manera urgente el problema de la soledad no deseada que afecta a miles de personas mayores en España. En opinión de Fernández Marugán es prioritario realizar una radiografía precisa del alcance de este problema y abrir un debate político y social en torno a esta situación para impulsar políticas de prevención y concienciar a la sociedad.

Aumentan las quejas relacionadas con personas mayores

En los últimos años se ha producido un repunte de quejas al Defensor del Pueblo relacionadas con los mayores y el envejecimiento. Muchas se refieren a la aplicación de la Ley de Dependencia, la calidad de la atención residencial que reciben, el copago farmacéutico o la suficiencia de las pensiones.
Además, esta Institución está realizando otras muchas actuaciones relacionadas con cuestiones muy relevantes para los derechos fundamentales de las personas mayores, como son el ingreso involuntario de personas con deterioro cognitivo o psíquico, las restricciones a la libertad de movimientos, el uso de sujeciones y cuestiones relativas a la intimidad de los residentes en centros de personas mayores.