El Consejo de Gobierno del Gobierno Vasco ha aprobado un Decreto que establece un nuevo modelo de gestión de la prestación farmacéutica en las residencias de personas mayores, que tiene como objetivo poner en marcha un sistema más eficiente y seguro que incremente la calidad asistencial en el ámbito de la farmacia en los centros geriátricos, que supondrá un ahorro anual de 2,5 millones de euros.

Según datos de Ejecutivo vasco, se estima que las personas residentes en este tipo de centros consumen anualmente alrededor de 1,5 millones de recetas de medicamentos, lo que supone una media de consumo anual de casi 75 recetas por persona con un coste total de 20 millones de euros al año.
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El Gobierno Vasco creará una Unidad de Farmacia Sociosanitaria en la que se preparará la medicación de las personas residentes en dosis personalizadas

 

A juicio del Gobierno Vasco, esto, unido al envejecimiento progresivo de la población, que conlleva una mayor necesidad de cuidados y del número de prescripciones y consumos de medicamentos por persona, obliga a reformular el modelo de gestión de la prestación farmacéutica, tanto en residencias de titularidad pública como privada.
En este sentido, el Consejero de Salud Jon Darpón afirma que “este nuevo modelo redundará en una mayor seguridad y calidad de la prestación farmacéutica a las personas mayores que viven en las residencias de Euskadi, y, al mismo tiempo mejorará su eficiencia”. Y para lograrlo se ha actuado en 3 ámbitos: el normativo, el de la calidad y el de la eficiencia.

Ámbito normativo

El Decreto establece los requisitos para la instalación y funcionamiento de los servicios de farmacia y depósitos de medicamentos en las en las residencias.

  • Se exige un servicio de farmacia en aquellos centros residenciales con una capacidad de 100 o más plazas. (Podrán eximirse de esta obligación mediante el establecimiento de un depósito de medicamentos, aquellos centros vinculados a un servicio de farmacia de un hospital del Sistema sanitario de Euskadi.)
  • Los centros residenciales de menos de 100 plazas y de más de 25 deberán contar con un depósito de medicamentos.

Para este cambio se establece el plazo de un año para que las residencias incluidas en el ámbito de aplicación del Decreto soliciten la autorización.

Ámbito de la calidad

Se pretende que en las residencias de personas mayores se desarrolle una buena Atención Farmacéutica. Para ello se incorporará personal farmacéutico e impulsará la revisión del uso de la medicación de cada persona residente.

Ámbito de la eficiencia

El Gobierno Vasco va a crear una Unidad de Farmacia Sociosanitaria. En ella se preparará la medicación de las personas residentes en dosis personalizadas que posteriormente se entregará, de manera periódica, a las residencias. Dará servicio a todas las residencias públicas y a las residencias privadas de 100 o más plazas y se situará en el entorno del Hospital de Galdakao.

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El nuevo modelo supondrá un ahorro anual de 2,5 millones de euros al Gobierno Vasco

 

Tal y como afirma la Consejera de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal,“como hemos visto en el convenio que suscribimos Salud y Empleo y Políticas Sociales, la regulación farmacéutica en los centros contribuye a un mejor servicio en los mismos que va a seguir mejorando con el próximo decreto que regulará los centros residenciales para personas mayores con la finalidad de garantizar a las personas que lo precisan el derecho a recibir unos servicios de atención residencial de calidad.
“Ese nuevo proyecto de Decreto se ha elaborado desde el Gobierno Vasco en colaboración con el personal técnico de las tres Diputaciones Forales y de Eudel», destaca la Consejera. «Los objetivos básicos para ese nuevo Decreto consisten en garantizar a las personas usuarias los cuidados y la asistencia personal para realizar las actividades de la vida diaria, mantener su autonomía personal y fomentar el desarrollo personal, la adquisición de habilidades y evitar su deterioro; el desarrollo de actividades orientadas a mantener sus relaciones con el entorno comunitario y a participar en el mismo; la realización de relaciones con la familia y con otras personas residentes o ajenas al medio residencial y participen en la vida del centro; y favorecer su sentimiento de seguridad”, afirma Beatriz Artolazabal.