La intervención nutricional reduce la mortalidad de los mayores y aumenta su satisfacción y bienestar personal, tal y cono afirmo el Dr.Federico Cuesta, del servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, durante su intervención en la mesa redonda ‘Alimentación y nutrición en personas en situación de necesidad de cuidados asistenciales’, celebrada en el marco del VII Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida.

El objetivo de esta sesión destinada a la alimentación y nutrición fue analizar el estado y las necesidades nutricionales específicas de las personas mayores de 65 en situación de dependencia y con de necesidad de cuidados asistenciales, ya sean usuarios de atención especializada domiciliaria, residencial u hospitalaria.

El Dr. Cuesta subrayó que la situación de riesgo nutricional en el mayor viene determinada por la complejidad que supone el abordaje de una persona con múltiples patologías médicas que vienen moduladas por un perfil de dependencia en diferentes aspectos (económicos, movilidad, soporte social y requerimientos nutricionales). Sin embargo, este especialista destacó que el “soporte nutricional permite en muchos casos mejorar el pronóstico y la recuperación médica y funcional sin olvidar el efecto sobre la calidad de vida”.

“Habitualmente se requiere una optimización de la dieta adaptada a los gustos y costumbres del mayor, pero, sin embargo, en muchas ocasiones y debido a las enfermedades existentes es preciso alcanzar unos requerimientos energéticos más elevados que no pueden cubrirse exclusivamente con la dieta tradicional, lo que conlleva el empleo adicional de productos enriquecidos sobre todo con proteínas”, advirtió el geriatra del Hospital Clínico San Carlos.

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La intervención nutricional reduce la mortalidad de los mayores y mejorar el pronóstico y la recuperación médica y funcional

En esta mesa redonda también participaron también Elena Guedea, nutricionista clínica del Hospital Universitario General de Catalunya y del Grupo QuirónSalud, y el director de Inforesidencias, Josep de Martí. La nutricionista recordó que las personas mayores son muy “vulnerables a la deshidratación y a la malnutrición y que son muchos los aspectos que intervienen en la alimentación de estas personas: si viven solos o conviven con otros familiares, la situación económica, costumbres, hábitos o cultura alimentaria. Por eso, Elena Guedea subrayó que es imprescindible “realizar una valoración nutricional y analizar los factores que puedan incidir en una inadecuada alimentación” para “adquirir un estado nutricional óptimo que proporcione el mejor estado de salud y bienestar y permita alcanzar una longevidad con una buena calidad de vida”.

Asimismo, la especialista del Hospital General de Catalunya recordó que algunas de las causas de una alimentación inadecuada en las personas mayores son la pérdida de interés por la comida, la falta de apetito, la forma de cocinar ciertos alimentos, encontrar que es aburrida o poco atractiva la presentación en el plato, la utilización de cubiertos inadecuados en personas con problemas articulares en las manos, los problemas de masticación-deglución, los cuidados de la boca y el estado de las prótesis dentales o el deterioro cognitivo del paciente.

Por su parte, Josep de Martí, centró su ponencia en la alimentación y la nutrición de las personas mayores dependientes y aportó soluciones de asistencia nutricional existentes a nivel nacional e internacional, así como requisitos y normas que se plantean desde las administraciones públicas para este tipo de atención, destacando que “al igual que otros aspectos de la asistencia sociosanitaria, en la nutrición y alimentación se está viviendo un empoderamiento de la persona beneficiaria, individualizando su atención y teniendo en cuenta sus gustos y preferencias”.

Pero “en este cambio encontramos algún obstáculo normativo que da más peso a los aspectos nutricionales o incluso, logísticos, de la alimentación que a las opciones personales como la capacidad de elección de una dieta o la implicación del usuario en la elaboración de los menús y los platos”, indico Josep de Martí.  “Ambos aspectos deben coexistir en armonía, garantizando la calidad y seguridad de la alimentación y respetando la autonomía y preferencias de las personas mayores”, concluyo.