La disfagia orofaríngea es un síntoma común que está presente en alrededor del 20 al 64% de los casos de pacientes que han sufrido un ictus y se caracteriza por provocar dificultades para trasladar de manera segura el bolo alimenticio desde la boca hasta el esófago.

Tras la rehabilitación de la disfagia en estos pacientes, el 47% de los enfermos mejoró entre las primeras semanas y el 17% a los 2-4 meses. Sin embargo, una de las principales consecuencias de la disfagia es la desnutrición, tal y como advierten los especialistas de Nutricia, la división de Nutrición Médica Avanzada del Grupo Danone. De hecho, la prevalencia de desnutrición aumenta tras el ictus de un 12% en el momento del diagnóstico hasta llegar a un 50% en enfermos con estancias prolongadas o en rehabilitación. La presencia de desnutrición empeora el pronóstico vital, aumenta las complicaciones y disminuye la recuperación funcional.

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Hasta un 64% de los pacientes que han sufrido un ictus padecen disfagia orofaríngea

Tal y como explica el Dr. Pere Clavé, jefe de la Unidad de Exploraciones Funcionales Digestivas y Director Científico del Hospital de Mataró, “la disfagia orofaríngea puede poner en riesgo a la persona que la padece, ya que si no se ponen medidas para facilitar una deglución segura se pueden producir consecuencias graves para su salud. Las principales complicaciones son la desnutrición (presente hasta en un 50% de los pacientes), la deshidratación, así como complicaciones respiratorias y neumonía por aspiración. Se trata de una patología multifactorial, asociada con múltiples comorbilidades y causante de multitud de complicaciones nutricionales y respiratorias. En su tratamiento, es importante tener en cuenta un enfoque multidimensional”.

Síntoma frecuente y potencialmente mortal asociado a trastornos neurológicos

Las recientes Guías de la ESPEN sobre la Nutrición Clínica en el paciente neurológico confirman que la disfagia orofaríngea es uno de los síntomas más frecuentes y potencialmente mortales en los trastornos neurológicos. Estos pacientes tienen un riesgo tres veces mayor de desarrollar neumonía por aspiración y la estancia hospitalaria y mortalidad son significativamente mayores que en pacientes con accidente cerebrovascular sin disfagia.

En este sentido, el Dr. Clavé destaca que “es importante asegurar un buen tratamiento nutricional en los pacientes con disfagia, entre ellos, una dieta personalizada con texturas concretas y un aporte calórico, proteico e hídrico adecuado».

Tal y como apunta este especialista, esto se consigue mediante la triple adaptación de la dieta:

  • adaptación de la textura de los sólidos y de la viscosidad de lo líquidos
  • adaptación del contenido calórico y proteico
  • palatabilidad, gusto y sabor para proporcionar calidad de vida

«El uso de espesantes y suplementos con la adecuada viscosidad para pacientes con disfagia contribuyen a disminuir el riesgo de broncoaspiración y garantiza una deglución segura”, concluye el Dr. Clavé.