En el marco de la campaña #DisfrutaComiendoConDisfagia, puesta en marcha por Nutricia para concienciar sobre la disfagia y el infradiagóstico de la misma, se ha realizado un concurso de recetas adaptadas a personas con disfagia que se ha desarrollado a nivel nacional.

Las ganadoras de dicho concurso han sido Susana Jarque, de Centros Parqueluz, y Nuria Gómez Zarza, del Hospital Los Madroños, que recibirán una formación especializada en cocina adaptada para personas con disfagia en la Fundación Alícia. El concurso se ha llevado a cabo con la colaboración de la Fundación de Investigación en Gastroenterología (Furega), la European Society for Swallowing Disorders (ESSD) y la Fundación Alícia.

El objetivo de este concurso de recetas es que los pacientes con disfagia sigan disfrutando del placer de comer. De esta manera, pueden incluir en su dieta recetas apetecibles como puede ser una lasaña, un arroz a banda o un pastel de puerros, adaptados siempre en textura a sus necesidades.

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Se debe adaptar las texturas de los alimentos para los pacientes con disfagia, de manera que se facilite la seguridad y eficacia en la deglución

Tal y como explica Manuel Blanco, director médico de Nutricia, “son muchas las personas que padecen disfagia, por ello, es importante que tengamos en cuenta a estos pacientes y esforzarnos para que puedan disfrutar de una alimentación equilibrada y apetecible, de manera que no pierdan el interés por la comida, hecho que les puede conducir a una situación de desnutrición. Desde Nutricia buscamos que nuestras soluciones sean cada vez más específicas para garantizar una nutrición segura y eficaz, a la vez que ofrecemos servicios que puedan apoyar a profesionales sanitarios, pacientes y familiares”,

En este sentido, la web www.disfagia-nutricion.es incluye un apartado con consejos (hidratación, recomendaciones posturales, sequedad bucal, etc.), un espacio de menús y recetas que ofrece sugerencias de platos que permiten comer de forma placentera, y un servicio de atención telefónica gratuito para poder hablar con un experto sobre el manejo de la disfagia.

Y es que la disfagia orofaríngea es un síntoma común de muchas enfermedades, que también se da en personas mayores, caracterizada por conllevar dificultades para tragar. Las principales consecuencias que conlleva esta patología son la desnutrición, la deshidratación, complicaciones respiratorias y neumonía por aspiración, incrementando con ello el riesgo de mortalidad en estos pacientes.

La prevalencia de la disfagia orofaríngea es mayor de lo que se suele conocer, ya que se estima que el 90% de los casos no están diagnosticados. De hecho, la mitad de las personas que han sufrido un ictus tendrá problemas de disfagia. Pero no es la única causa que produce este síntoma, y puede surgir como consecuencia de otras enfermedades o condiciones del paciente que dificultan la deglución como por ejemplo demencias, enfermedad de Parkinson (la prevalencia oscila entre el 52-82%), enfermedad de Alzheimer (57-84%), enfermedad de la neurona motora (30-100%), cirugía de cáncer de cabeza y/o cuello (44-50%), etc. Otro factor importante que causa disfagia es la edad. En España, afecta al 40-50% de las personas mayores y hasta al 60% de los mayores institucionalizados (que viven en una residencia).

La importancia de adaptar las texturas de los alimentos

La deglución es uno de los mecanismos neurológicos más complejos del cuerpo humano, y puede verse alterada en las personas que tienen afectación neurológica. La disfagia puede poner en riesgo a la persona que la padece, ya que si no se ponen medidas para facilitar una deglución segura se pueden producir consecuencias graves para su salud.

Tal y como indican los especiaistas de Nutricia, los alimentos para pacientes que presentan disfagia deben tener una textura adaptada, que facilite de forma significativa la seguridad y eficacia en la deglución. Esto se consigue adaptando la dieta en una triple vía: adaptación de la textura de los sólidos y de la viscosidad de lo líquidos; adaptación del contenido calórico y proteico; y palatabilidad, gusto y sabor para proporcionar calidad de vida.

Debido a su textura específica, estos alimentos tienen una imagen de puré, lo que puede hacerlos menos apetecibles para los pacientes. Además, requieren de espesantes, elementos que reducen el riesgo de broncoaspiración y garantizan una adecuada seguridad en la deglución. Los espesantes basados en gomas amilasa resistentes, mejoran el resultado terapéutico de los espesantes basados en almidón y sus características organolépticas son mejores.