Tras ser confirmado como colectivo incluido dentro de los servicios esenciales recogidos en el Real Decreto-ley de este domingo, los podólogos seguirán atendiendo todas las urgencias podológicas siempre que se puedan garantizar la seguridad de los pacientes y los propios profesionales, tal y como comunica el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos (CGCOP).

A este respecto, desde el Colegio se aclara que se consideran urgencias podológicas los procesos infecciosos, manejo y cura de heridas en pacientes de riesgo (diabéticos, oncológicos…) y pacientes postquirúrgicos, así como el tratamiento de procesos inflamatorios y traumatismos agudos. Estos tratamientos urgentes se llevarán a cabo únicamente en aquellas clínicas que puedan garantizar las medidas de protección necesarias y la no propagación o contagio del COVID-19. Antes de prestar el servicio de urgencia, los podólogos realizarán un triaje previo telefónico para filtrar las consultas y asegurarse que realmente se trata de una urgencia. Asimismo, se realizará la anamnesis previa en búsqueda de posibles síntomas del coronavirus.

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Los podólogos atenderán urgencias sanitarias únicamente en aquellas clínicas que puedan garantizar las medidas de protección necesarias

En este sentido, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos se pide a los 7.500 colegiados que atiendan únicamente aquellos tratamientos que, por su carácter urgente, no puedan ser pospuestos. Se trata de hacer prevalecer el bien común de reducir la movilidad de la población y evitar desplazamientos innecesarios. Asimismo, el Consejo de Podólogos recomienda el cierre de aquellas clínicas que no puedan garantizar las medidas y exigencias para asegurar una asistencia sanitaria sin riesgos para el paciente o los profesionales, como los centros que no disponen de los equipos de protección individual (EPIs) necesarios, que son la mayoría, debido a la situación de desabastecimiento y a que muchos decidieron donarlos a la Sanidad pública.

Para tratar de paliar esta situación, el Consejo General se ha puesto en contacto con los proveedores habituales de EPIs, que han manifestado la imposibilidad de proporcionarlos. En otras circunstancia, para poder mantener las clínicas abiertas y atender las urgencias, se requeriría al Ministerio de Sanidad que facilitase los mecanismos para obtener estos equipos de protección, pero «a la vista de la situación en la que están los compañeros sanitarios en los hospitales, arriesgando sus vidas, sería una inmoralidad y una falta de ética realizar esta petición«, afirma el Colegio.  

Como profesionales sanitarios, los profesionales de la Podología «asumen la responsabilidad de ser un servicio esencial para la sociedad, si bien instan al Gobierno de España a regular la situación«, recalca el CGCOP, que reclama también que las clínicas que no puedan continuar con su actividad con garantías de seguridad para sus pacientes y profesionales puedan acogerse a los mismos beneficios económicos que el resto de empresas y profesionales obligados a cerrar por fuerza mayor. Todo ello reiterando la disposición del colectivo de podólogos para colaborar activamente con las autoridades sanitarias en la superación de esta pandemia y en la mejora de la recuperación y bienestar de los pacientes.