Hace unos años, la pérdida de piezas dentales suponía el uso de dentaduras postizas o arreglos mecánicos que, en la mayoría de los casos, eran temporales. Sin embargo, en la actualidad los implantes dentales se utilizan para suplir piezas que, debido a diversas circunstancias, no pueden ser recuperadas.

En contra de lo que muchas personas creen, los implantes dentales son hoy en día el mejor método para reponer piezas. Una vez que el diente real se ha perdido, los dentistas recurren a su extracción y colocan el implante en el lugar en el que debería estar la raíz del diente. Esta pequeña pieza no afecta a la sensibilidad dental. Una vez realizada esta intervención, se coloca una pieza artificial que sustituye al diente y que, si se cuida siguiendo las recomendaciones del dentista, puede durar toda la vida.

Por ello, tal y como señalan desde P&P Clinic, los implantes dentales son cómodos, estéticos e higiénicos. «La colocación del implante es sencilla, cómoda e indolora. El paciente no notará ningún tipo de dolor», señalan.

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Los implantes dentales son cómodos, estéticos e higiénicos, y se colocan sin ningún tipo de dolor para el paciente

Tipos y técnicas de implantes

Dada la gran relevancia de este tipo de intervenciones, los implantes dentales han avanzado en los últimos años. Los especialistas recurren a diversos materiales dependiendo del caso en el que se encuentre el paciente. Así, no es lo mismo tener que sustituir una única pieza que tener toda la dentadura afectada por alguna infección.

Uno de los elementos que determina la técnica utilizada es el hueso. Los implantes están compuestos de dos partes: el tornillo y el pilar. El tornillo sustituirá a la raíz, de modo que debe incrustarse en el hueso de la mandíbula. Sin embargo, no todos los pacientes poseen la misma capacidad ósea. Como consecuencia, realizar una radiografía es un paso obligatorio.

  • Implantes osteointegrados

Como su propio nombre indica, este tipo de implantes se integran en el hueso mandibular. El tornillo está recubierto de titanio, un material ligero, duro y moldeable. Estos implantes son los que normalmente utilizan los dentistas, ya que sus resultados son muy satisfactorios a largo plazo.

  • Implantes cigomáticos

Debido a la falta de capacidad ósea de algunos pacientes, los especialistas recurren a otras alternativas. Los implantes cigomáticos, a diferencia de los anteriores, se realizan sobre el hueso cigomático o hueso de la mejilla. Se trata de una técnica novedosa que está dando buenos resultados debido a que, según se ha demostrado, el hueso cigomático reúne muy buenas condiciones para sustituir al mandibular.

  • Implantes pterigoideos

En ocasiones, los pacientes precisan una solución para sus piezas posteriores. Estas -comúnmente conocidas como «muelas»- son las que más sufren con el paso del tiempo, de modo que no es necesario tocar otras partes de la dentadura. Para estos casos, los profesionales utilizan implantes pterigoideos, unas piezas que permiten reconstruir la parte posterior de la mandíbula sin recurrir a otros mecanismos.

Los implantes pterigoideos se integran de manera rápida e indolora. Por ello, en muchas ocasiones son los reclamados por pacientes que no pueden o quieren realizar tratamientos a largo plazo. Sin embargo, para poder llevarse a cabo, deben estar ferulizados o unidos a otros implantes que ya posea el sujeto.

  • Implantes inclinados

Los implantes inclinados están pensados para evitar intervenciones que requieren una mayor complicación. Para ello, se adaptan a la capacidad ósea del paciente, sin importar si tiene más o menos hueso. La longitud o tamaño del implante es estudiado por el dentista. Como consecuencia, se puede recurrir a un implante de mayor longitud y precisar, por ende, un menor número. Este tipo de implantes se combina con otros rectos.

Técnicas enfocadas al paciente

Muchas personas experimentan un miedo patológico a ir al dentista. Sea cual sea la causa que lo genera, en la actualidad existen algunos mecanismos que pueden ayudar a que un paciente se sienta más cómodo en la consulta. Entre ellos, la sedación consciente ayuda a que el paciente, aunque esté despierto, no sufra ansiedad o estrés ante la idea de enfrentarse a un implante.

Además, tal y como hemos visto, hoy en día muchas técnicas se realizan de manera rápida y en un solo día. En este sentido, los implantes en un día son cada vez más demandados por los pacientes, ya que el ritmo de vida actual no permite invertir mucho tiempo en ciertas tareas.

Para aquellos que no deseen recurrir a implantes dentales, en los últimos años el injerto óseo ha gozado de una enorme popularidad. Estas intervenciones, que implican cirugía y recuperación de algunos meses, son increíblemente novedosas. La idea es recuperar o reconstruir, dependiendo de cada caso, el hueso del paciente. Este irá recuperando su fuerza y consistencia con ayuda del injerto, el cual ha podido surgir del propio cuerpo del paciente o de un material externo que ayuda al hueso. De este modo, el hueso de la mandíbula se recupera y podrá soportar injertos por sí mismo.