“La pandemia de COVID-19 ha deteriorado la calidad del acto médico y a la relación médico-paciente”, tal y como afirmó el Dr. Juan I. Goiria, médico especialista en Medicina del Trabajo y médico de atención primaria de IMQ, así como presidente de la Sección de Medicina del Trabajo de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, en la conferencia de apertura de la 47ª Semana de Humanidades de esta Academia.

El Dr. Goiria incidió en los “diversos aspectos que han influido de manera negativa en la relación normal entre un paciente y su médico”. Entre estos, destacó, en primer lugar, “las dificultades de comunicación que ha conllevado tanto el confinamiento, como las normas de distanciamiento personal, así como la obligación de llevar mascarilla. Todas estas medidas, aunque necesarias, han supuesto una dificultad añadida en la comunicación durante el acto médico. La presencia física, la comunicación no verbal —con las expresiones y los gestos—, así como el contacto físico, son aspectos esenciales para la transmisión de información entre un paciente y su médico. Todo esto, ahora, es mucho más difícil”.

geriatricarea medico
Las barreras de comunicación que suponen el confinamiento, el distanciamiento personal y la mascarilla dificultan la relación normal entre un paciente y su médico

En su intervención el experto alertó sobre la necesidad de mantener las relaciones humanas a pesar de la pandemia, dentro del ámbito sanitario, “algo que es especialmente sensible en el primer nivel asistencial, la atención primaria, donde el medico conoce a su paciente personalmente”.

Estas dificultades en la comunicación, “provocan en muchos casos malentendidos y frustración en pacientes y familiares, porque constatan que en esa transmisión de información se producen errores o faltas de comprensión. Esto influye negativamente en el riesgo de agresiones contra profesionales sanitarios, una situación que, lamentablemente, ha aumentado desde el inicio de la pandemia y contra la que se han de poner los medios necesarios para evitarlas”.

El también expresidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, incidió en que “la formación desde la educación primaria en la ética, valores humanos debe ser una prioridad. Asimismo, la adquisición de habilidades trasversales de comunicación, manejo del estrés y conflictos interpersonales es imprescindible para ejercer plenamente la profesión médica. Igualmente, disponer de un entorno de trabajo adecuado, con una carga de trabajo que permita una atención personalizada y el reconocimiento humanístico de la Medicina son necesarios para mejorar la calidad asistencial y las relaciones médico-paciente desde el punto de vista ético y humano”.

En la XLVII Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao también intervino Teresa Laespada, diputada foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, quien destacó que “si algo nos ha enseñado esta pandemia es que somos más vulnerables de lo que nos considerábamos, como personas y como sociedad. Con o sin pandemia, vulnerabilidad e interdependencia son la norma. No podemos salir de esta crisis como entramos en ella. No podemos salir de esta crisis sin un sistema de cuidados fortalecido. Ha llegado la hora de los cuidados”.