Las secuelas que el Covid-19 está provocando en las personas contagiadas está siendo objeto de estudio, y aunque las más importantes son las respiratorias, también hay otras que afectan a funciones tan básicas en el día a día como comer, masticar, succionar, hablar, pronunciar o reír. Todas ellas están relacionadas con un fallo en la motricidad orofacial, es decir, con una alteración de los órganos y músculos del sistema estomatognático (labios, lengua, dientes, orofaringe, paladar, tejidos faciales, etc.).

Coincidiendo con la celebración en el Día Mundial de la Motricidad Orofacial, el Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM) advierte de la importancia de mantener una buena motricidad orofacial para mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados y reivindica la integración de los logopedas en los equipos multidisciplinares que participan en la rehabilitación de problemas de respiración, masticación, disfagia y habla.

En este sentido, Marga Durán, logopeda y vocal del CPLCM, señala que el trabajo de los logopedas es imprescindible para abordar la secuelas en personas que han pasado esta enfermedad y que tienen problemas de respiración, habla, alimentación e hidratación y motricidad facial, todo relacionado con la motricidad orofacial.

Mantener una buena motricidad orofacial es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por Covid

Tal y como indica esta experta del CPLCM, los pacientes Covid y post Covid pueden presentar dificultades en la alimentación por distintos factores, como el “aumento de esfuerzo respiratorio, uso de dispositivos de apoyo ventilatorio, compromiso neurológico o disfagia postextubación”.

En lo que respecta a la respiración, esta logopeda especialista en disfagia, aclara que el sistema respiratorio está estrechamente coordinado con el patrón de la deglución normal, ya que “si un paciente presenta dificultades respiratorias importantes, corre el riesgo de desarrollar una disfagia que puede llegar a presentar aspiración y neumonía, ya que al interrumpirse el patrón respiratorio normal las vías respiratorias están expuestas a una descoordinación de apnea, provocando un cierre inadecuado de las vías respiratorias, presentando dificultades para respirar y deglutir”.

En caso de existir el síndrome de dificultad respiratoria aguda y se requiera de algún apoyo respiratorio durante el ingreso, la intervención logopédica se centra en la organización cognitiva, comunicación, manejo de secreciones y función deglutoria.

Por otra parte, diversos estudios concluyen que, en pacientes intubados durante más de 48 horas, la prevalencia de disfagia aumenta en un 56%. De ahí que un elevado porcentaje de pacientes con COVID-19 que han estado ingresados en UCI y han sido intubados presenten disfagia o problemas para tragar líquidos y alimentos. La labor del logopeda en estos casos, tal y como refiere Marga Durán, es “valorar en qué fase está alterada de la deglución oral, faríngea o esofágica y preparar y trabajar con el paciente para recuperar la función afectada.

Tratar de manera correcta a estas personas es clave, afirma esta logopeda, porque las consecuencias de la disfagia orofaríngea pueden derivar en deshidratación, malnutrición, neumonía por aspiración, disminución de la calidad de vida, aumento de la comorbilidad y elevados costes al sistema sanitario.

Terapia miofuncional, un recurso muy interesante para recuperar la motricidad orofacial

La terapia miofuncional resulta un recurso muy interesante para trabajar la motricidad orofacial, ya que permite el entrenamiento muscular y sensorial para recuperar funciones alteradas, ya sea respirar, hablar, tragar, masticar, etc.

A través de ejercicio sencillos, pero muy específicos, el logopeda facilitará pautas sobre cómo mover y ejercitar los labios, la lengua y la musculatura facial, entre otros, con el fin de conseguir mejorar las funciones vitales alteradas. “El objetivo de la terapia es desarrollar movimientos coordinados de los sistemas orofonatorios y respiratorios. Estos consisten en elevación, descenso y lateralización de la lengua, cierre labial, fuerza y coordinación de la masticación o técnicas de modificación de posturas”, como describe Marga Durán.

Esta terapia se complementará con maniobras de deglución, modificación de consistencia de alimentos, cambios de volumen y consistencia del bolo, así como con técnicas de estimulación sensorial para mejorar el funcionamiento neuromuscular mediante el aumento de la percepción sensitiva y sensorial del bolo con cambios de sabor, texturas, temperatura y estimulación termo táctil.

Entre las secuelas de la Covid que afectan a la motricidad orofacial, se encuentra también la parálisis cerebral, menos frecuente, pero no menos importante por sus consecuencias. En estos casos, la terapia miofuncional es imprescindible para fortalecer y recuperar el tono muscular. Para ello, “se realizan masajes, ejercicios isotónicos, isocinéticos e isométricos, estimulación con electroestimulación, y con estimulación térmica frio-calor, etc.”, apunta la vocal del CPLCM.