El paulatino envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas provoca que cada vez más personas deben pasar mucho tiempo en la cama, por lo que resulta fundamental contar con un equipo que les ofrezca la máxima comodidad, no solo para garantizar un descanso reparador, también para proteger su salud.

Los expertos de la firma Gerialife nos ofrecen unas recomendaciones prácticas a la hora de elegir la cama articulada que mejor se adapta a cada necesidad, siendo muchas las ventajas que ofrecen, tanto para los usuarios como para las personas encargadas de sus cuidados.

Tal y como apuntan desde Gerialife, además de la relación calidad–precio, los clientes valoran mucho un buen asesoramiento y un servicio rápido y eficaz. En este sentido, esta firma dispone de un servicio posventa que da una solución rápida a cualquier incidencia que pueda surgir.

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Una cama articulada ofrece muchas ventajas tanto para el usuario como para la persona encargada de los cuidados

Generalmente las camas articuladas se dividen en dos grandes grupos: camas para un uso asistencial o para el hogar. Si la cama va a ser usada por un paciente, lo mejor es optar por una cama articulada de uso asistencial que permita una mayor comodidad al paciente y a los cuidadores, mientras que si la cama va a ser usada para mejorar la comodidad y la salud, relajarse o dormir ligeramente inclinado, se puede optar por una cama articulada para el hogar.

En el uso asistencial, las camas articuladas aportan múltiples ventajas, entre ellas, permitir al paciente encamado levantar el respaldo y las piernas, favoreciendo que pueda comer en la cama o mejorar la circulación. Por su parte, el cuidador puede ajustar la altura de la cama para estar más cómodo a la hora de atender al paciente, evitando posibles lesiones.

Para un uso en el hogar, las camas articuladas permiten ganar una estancia al poder usarse para ver la tele, leer e incluso trabajar cómodamente. Además, para determinados problemas de salud, como problemas circulatorios o de reflujo, puede venir muy bien una cama que permita levantar ligeramente las piernas o el respaldo siempre, por supuesto, previa consulta con el médico de cabecera.

Las camas articuladas pueden ser de cuatro o cinco planos. La gran diferencia entre ambas opciones es que las de 5 planos tienen una articulación para sujetar la cabeza, lo cuál es útil ala hora de leer o ver la tele en la cama, pero puede ser algo incómodo para dormir con el respaldo inclinado al forzar la zona cervical. Para un uso asistencial se recomiendan las camas de 4 planos, ya que los pacientes pueden pasar mucho tiempo con el respaldo inclinado.

Por otra parte, las camas articuladas pueden llevar patas fijas o regulables en altura, y también existe la posibilidad de incorporar un elevador eléctrico para facilitar el uso asistencial. Además, las camas articuladas pueden llevar un motor que se maneja por mando con cable o mando inalámbrico.