Ronda de Dalt Residencial incorpora las tareas de su huerto urbano para lograr beneficios tanto físicos como psicológicos y sociales en sus residentes.

El nuevo enfoque de la horticultura en personas mayores se hace pensando que puede servir como una beneficiosa herramienta contra las patologías mentales. Su potencial se encuentra en la biofilia, el sentimiento presente en los seres humanos que necesitan conectar conexión con la naturaleza. Por eso, en Ronda de Dalt Residencial han incorporado a su rutina la figura del huerto urbano, para beneficio de sus residentes.

Con esta iniciativa se busca que el individuo se sienta útil y realizado mientras se une con la naturaleza, fomentando la autonomía personal. Tal y como afirma Isaac Orenes, educador social en el centro, “la terapia está muy ligada al apego y al vínculo que establecen con esas formas de vida de las que se hacen responsables. Es algo que deben cuidar y que finalmente les va a recompensar con la exuberancia de su crecimiento”.  

geriatricarea actividades sostenibles huerto urbano beneficio contra deterioro en personas mayores
La conexión con la naturaleza ofrece grandes beneficios contra la depresión y el deterioro en las personas mayores

La horticultura, una tarea naturalmente beneficiosa

Los beneficios principales de las tareas basadas en el cuidado de la naturaleza, como la de crear y mantener un huerto urbano, son:

  • Estimula la memoria y activa recuerdos
  • Mejora la concentración y el funcionamiento cognitivo
  • Aumenta la capacidad de atención
  • Desarrolla la capacidad creativa y la inteligencia estética
  • Mejora el estado de ánimo y previene la depresión
  • Mejora la interacción y fortalece vínculos afectivos
  • Reduce el riesgo de enfermedades coronarias
  • Aumenta la calidad del descanso
  • Produce seronotonina, endorfinas y absorción de vitamina D

Además, las cosechas se donan a comedores, fomentando una actitud altruista. Por otro lado, los horticultores dejan su huella cuidando del medioambiente y generando más espacios verdes dentro de la ciudad.

«La horticultura fortalece la autoestima, el locus de control interno y el autoconcepto, por lo que el estado de ánimo mejora, previniendo depresión y ansiedad, explica Irene Pulido, psicóloga en Ronda de Dalt Residencial.

Los especialistas del centro destacan también que la horticultura libera del aislamiento mediante diferentes tareas que invitan a jugar con el espacio. Además, generan un vínculo positivo con el área, creando motivación.

En el ámbito social, la terapia promueve lazos afectivos en las unidades de convivencia, que se divierten a la vez que realizan la terapia. Esta actividad deriva en otras, como las manualidades con maceteros o la construcción de semilleros.

Resultados claros y positivos

Se han observado los grupos que realizan esta actividad en Ronda de Dalt Residencial una media de cuatro horas semanales, con resultados claros: una mejora en aspectos como optimismo, resolución y proactividad. A nivel emocional, las personas que vivieron su juventud cerca del campo consiguen una activación positiva de sus recuerdos, incluso en casos de demencia.

Se trata de una útil herramienta canalizadora de la ansiedad en casos de alteraciones de conducta. Estas razones convierten esta actividad en una terapia fundamental dentro de residencias y centros de día.