Un artículo de la Federación Española de Diabetes (FEDE)

Durante los últimos años, hemos podido ver cómo las nuevas tecnologías e Internet han evolucionado a la velocidad de la luz, y su estela ha dejado en nosotros, precisamente, un cambio en la propia forma de interactuar con nuestro entorno. En la red, se pueden encontrar numerosos recursos, y los usuarios pueden buscar cómo hacer una receta, consultar el tiempo que va a hacer al día siguiente, revisar sus movimientos bancarios, o investigar sobre infinidad de temas más.

Más uso de Internet

Fue en el año 2006 cuando empezaron a tenerse registros oficiales del uso de Internet y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y, desde entonces, se ha podido ver cómo las cifras se han multiplicado de una manera asombrosa, hasta tal punto que, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el uso del móvil entre las personas de entre 65 y 74 años se ha duplicado desde 2006 hasta 2021 (actualmente, lo utilizan el 96,6% de la población de esta edad, lo que involucra casi a la totalidad).

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El perfil de las personas mayores es ahora mucho más digital.

Internet, por su parte, aglutina a más de la mitad de la población de más de 65 años, cuando a finales de la década de los 90 del siglo XXI, rara era la persona anciana que recurría a él. Por tanto, queda claro que el perfil de las personas mayores ahora es mucho más digital.

Los mayores utilizan las redes sociales principalmente para comunicarse, y encuentran en Facebook la mejor herramienta para mantenerse activos y así hacerle frente al envejecimiento, al aislamiento y a la soledad que muchas veces sienten.

Quedarse obsoleto en una sociedad cada día más tecnológica e informatizada, es un paso por el que no están dispuestos a pasar. De ahí que se hayan asentado tan bien las nuevas formas de comunicarse. En esto, además, la COVID-19 tuvo mucho que ver: durante los meses de confinamiento de 2020, el 78% de los españoles hizo al menos una vídeollamada a través de Internet, cuando en años anteriores sólo lo habían hecho un 33% (en 2018), y un 55% (en 2019). Y, dentro de estas cifras, son muchos los mayores que encendían cada día su ordenador para poder verse con sus hijos y nietos.

Un arma de doble filo

Aunque el uso comunicativo es el principal de la red para las personas mayores, un 79% también lo utiliza para buscar información relacionada con temas de salud (según datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales – IMSERSO). Esto, a pesar de que facilita información y conocimiento sobre distintas patologías, motiva el autodiagnóstico, que puede suponer un problema para muchas patologías, como la diabetes, que afecta a más de 2 millones de personas de más de 65 años en España y que, por su propia complejidad, cuenta con muchísimas variables que se deben tener en cuenta para poder gestionar adecuadamente la patología de cada persona.

Sin embargo, Internet está lleno de mitos, bulos y medias verdades, al ser un sitio tan abierto donde todos pueden ocupar un lugar y cualquier comentario o información tiene cabida. Y este es el principal inconveniente que encuentran los mayores en la red: dificultades a la hora de distinguir una información veraz de otra que no lo es.

Campaña Implica2 en diabetes

Entre otros, con el objetivo de acabar con las desinformaciones en torno a la patología, la Federación Española de Diabetes (FEDE) ha lanzado la campaña Implica2 en diabetes, con el apoyo de Abbott. A través de ella, FEDE invita a los pacientes, sin importar su edad ni el tiempo que lleven diagnosticados en diabetes tipo 2, a participar en un diálogo en las redes sociales, bajo el hashtag #Implica2DM2.

Experiencias, rutinas, barreras que supusieron una limitación personal y que ya están más que superadas son los ámbitos en torno a los que, con Implica2 en diabetes, FEDE ha querido crear una comunidad en la que también los mayores puedan encontrar su propio hueco, y donde podrán aprovecharse de las redes para socializar con más personas que compartan el mismo diagnóstico que ellos.

En diabetes, es muy importante el apoyo emocional: sentirse acompañado tanto en el debut como en el desarrollo de la patología, facilita la gestión de la misma. Por eso es tan importante que se lleven adelante iniciativas que involucren a todas aquellas personas que no son nativas digitales y que, por cuestión desigualdad de competencias y habilidades al acceso de las TIC, están pudiendo sufrir la brecha digital.

Mediante seminarios online, podcasts y publicaciones en redes sociales, Implica2 en diabetes ofrece el apoyo que necesita este colectivo, cumpliendo a la vez con los objetivos de acabar con los mitos, generar cercanía y ofrecer acompañamiento entre todos, a través de gestos tan simples como la publicación de comentarios en redes sociales. Además, un mayor implicado en las redes sociales, es un mayor con la mente activa, que se sentirá mejor y que podrá evitar condiciones como la demencia.

El papel de la Administración Pública

Sea como fuere, y aunque desde federaciones y organizaciones se están poniendo en marcha iniciativas que ofrecen atención a las personas mayores con diabetes, es la Administración Pública quien debe impulsar oficialmente políticas sanitarias que dirijan sus campañas a este colectivo en concreto, para que puedan formar parte de la causa a través de una comunidad de iguales, y para fomentar la adherencia al tratamiento y una correcta gestión de la patología, adaptada a su edad.