Alcon, compañía especializada en en el cuidado ocular, presenta Hydrus Microstent, un dispositivo para cirugía de glaucoma indicado para la reducción de la presión intraocular (PIO) en pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto (POAG por sus siglas en inglés), como tratamiento único o junto con una intervención quirúrgica por cataratas.

Alcon presentó Hydrus Microstent durante el 100º Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO). Se trata de primer y único implante MIGS (Minimally Invasive Glaucoma Surgery) que ha reportado resultados clínicos a cinco años en un estudio pivotal.

El glaucoma es una patología ocular que afecta a más de un 3% de la población

Además, a través de estudios clínicos globales se ha demostrado que reduce la presión ocular. En la mayoría de los pacientes, esto se tradujo en una reducción o eliminación del uso de medicamentos para el glaucoma. Asimismo, el 66% de los pacientes permanece sin medicación a los cinco años, tras el implante de Hydrus Microstent.

Tal y como señala Ricardo Paias, Surgical Franchise Head Iberia de Alcon, “nuestro compromiso es ofrecer soluciones que puedan mejorar la calidad de vida de las personas, al mismo tiempo que proporcionamos herramientas que apoyen a los profesionales en el desempeño óptimo de su labor. En Alcon, nos enfocamos en la investigación y la innovación tecnológica para poder impulsar mejoras en la vida de quienes enfrentan problemas de visión”.

El glaucoma es una patología ocular que afecta a más de un 3% de la población y principalmente a personas mayores de 40 años y a quienes tienen antecedentes familiares de glaucoma. Se produce como consecuencia de una falta de oxígeno (isquemia) crónica y mantenida de la retina, lo que estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos en un intento de oxigenar mejor una retina que está isquémica, fenómeno al que se llama neovascularización.

Los nuevos vasos se desarrollan por la pared del iris y alcanzan un lugar de la cámara anterior del ojo que se llama trabéculo, por donde se drena el humor acuoso. Estos nuevos vasos acaban por provocar una obstrucción en la circulación del humor acuoso, lo cual desencadena una elevación de la presión del ojo (hipertensión ocular).

Si la isquemia se mantiene, el tejido vascular y el fibroso que lo acompaña invade totalmente la zona del trabéculo provocando el cierre del ángulo iridocorneal (ángulo cerrado) y una elevación muy importante de la presión intraocular.