En las últimas décadas ha disminuido la mortalidad en artritis reumatoide (AR) a nivel mundial “debido a un mejor uso de los FAMEs clásicos, con una estrategia de tratamiento enfocada al ‘treat to target’ o remisión de la enfermedad y la incorporación de terapias biólogicas y JAKis (inhibidores de Janus Kinase); así como un enfoque multidisciplinar abordando tanto la AR como las comorbilidades asociadas”, señala la Dra. Isabel Castrejón, reumatóloga del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

En el encuentro “Lo mejor del año en artritis reumatoide 2025”, organizado por la Sociedad Española de Reumatología, con la colaboración de AbbVie, la especialista señaló que “habría que tener en cuenta otros factores que han contribuido de forma importante en el diagnóstico precoz que permite iniciar tratamientos antes, reduciendo el daño articular y las complicaciones graves. Todo esto ha mejorado el control de la enfermedad”.

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El diagnóstico precoz permite mejorar el control y evolución de la artritis reumatoide

Sin embargo, también añade que “los pacientes con AR siguen presentando mayor mortalidad respecto a la población general, siendo las enfermedades cardiovasculares y las infecciones las principales causas de mortalidad en estos pacientes”. En este sentido, la Dra. Blanca Hernández, reumatóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, destaca la importancia de “afrontar el tratamiento adecuado de las comorbilidades más frecuentes: hipertensión, obesidad y/o dislipemia, del mismo modo que se trata la artritis”.

Por parte de Castrejón, a pesar de los avances que se han producido, agrega que “queda mucho camino para mejorar el manejo de los pacientes con AR, ya que algunos siguen teniendo una demora considerable para llegar a las consultas en parte por la falta de especialistas en Reumatología y la lista de espera para acceder a nuestras consultas. A este respecto, son muy importantes las consultas de artritis precoz y los programas de colaboración con médicos de Atención Primaria para una derivación temprana”.

Castrejón también señala también que “se puede intentar llegar a la población general con herramientas de valoración de síntomas que puedan ayudar a detectar personas con riesgo para enfermedades reumáticas. Un ejemplo de estas herramientas es el cuestionario ‘¿Será Reuma?’, desarrollado en colaboración con varios países europeos gracias al proyecto SPIDERR, en el que participa el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) y puede ser de gran utilidad para detección precoz en población general”.

Por otra parte, la Dra. Hernández, destaca que “con un tratamiento adecuado, en la actualidad se alcanza la remisión y una gran mejoría en la calidad de vida de los pacientes con AR. Además de la reducción en la mortalidad, se ha logrado conseguir un menor número de bajas laborales y de tasa de complicaciones, así como una disminución en el número de cirugías de reemplazo articular. La estrategia de tratamiento por objetivos, el diagnóstico precoz y disponer de nuevos tratamientos ha conseguido hacer el cambio”.

Esta mejoría también se ve influenciada por la integración del ejercicio como rutina en el tratamiento, las recomendaciones sobre alimentación saludable, así como el reconocimiento de la importancia del tabaquismo como factor causal de la enfermedad, al igual que el manejo de las infecciones con estrategias de vacunación y el tratamiento precoz de las mismas.

En este campo, “actualmente se investiga en nuevos fármacos; así como en la determinación de un grupo de biomarcadores, mediante técnicas avanzadas de Inteligencia Artificial (IA), que permitan identificar qué pacientes van a responder a uno de los múltiples tratamientos, es decir, la posibilidad de hacer una Medicina personalizada, capaz de afinar también entre géneros”, señalo la Dra. Hernández en este encuentro organizado por la Sociedad Española de Reumatología.