El grupo de Evaluación Económica de Enfermedades Crónicas del Instituto de Investigación Sanitaria Biogipuzkoa ha liderado un trabajo que analiza los costes no sanitarios de los síntomas neuropsiquiátricos relacionados con la demencia en la población de Gipuzkoa.

La conducta de personas con demencia es una de las dimensiones sociales más importante, ya que afecta al estado de ánimo y al comportamiento en forma de síntomas neuropsiquiátricos. Además, conlleva una mayor carga económica y la pérdida de calidad de vida entre pacientes y personas cuidadoras.

Pese a ello, su impacto en los costes sociales no ha sido medido y esto puede ser el origen del bajo porcentaje de los costes totales que representan. Como consecuencia, las necesidades derivadas de síntomas neuropsiquiátricos son atendidas solo parcialmente.

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La carga del cuidado de los síntomas neuropsiquiátricos asociados a la demencia es mayor que la estimada hasta la fecha

Por lo tanto, el objetivo de este estudio liderado por el Instituto de Investigación Sanitaria Biogipuzkoa ha sido estimar el exceso de costes sociales formales o costes directos no sanitarios de los síntomas neuropsiquiátricos relacionados con la demencia.

Se estudiaron la presencia de demencia, los síntomas neuropsiquiátricos, el uso de antipsicóticos y antidepresivos, las comorbilidades somáticas y psiquiátricas y las prestaciones sociales formales en una cohorte regional de personas de 60 años o más.

En primer lugar, en este trabajo se comparó la carga social de la población con demencia con la carga de la población sin demencia ajustada por estatus socioeconómico, analizando los datos de casi 216.000 personas de Gipuzkoa. Este análisis fue un hito en la medición del impacto económico de la demencia en el conjunto de la sociedad y no solamente en el sector sanitario. En segundo lugar, del estudio se deduce que la cobertura de las necesidades de los pacientes en Gipuzkoa es mayor que la que se había descrito para poblaciones del sur de Europa.

De los 215 859 individuos estudiados, 7553 (3,50%) padecían demencia, 74 845 (34,7%) tenían algún síntomas neuropsiquiátricos y 20 787 (9,63%) recibían prestaciones de cuidados de larga duración. Cabe destacar que casi dos tercios (63,9%) de las personas con demencia recibían prestaciones.

La probabilidad de tener gastos sociales variaba notablemente con la edad y la presencia de demencia. Los síntomas neuropsiquiátricos y la demencia se asociaron con mayores costes medios de las prestaciones.

Además, la mayor presencia de demencia y síntomas neuropsiquiátricos en la población con estatus socioeconómico más bajo, sugiere una desigualdad en el estado de salud que se ve atenuada por el mayor uso de las prestaciones sociales por estas personas con menor nivel de ingresos. Por lo tanto, medir la carga de los síntomas neuropsiquiátricos asociados a la demencia puede permitir que su atención se lleve a cabo de forma integrada, por ejemplo, mediante programas sociosanitarios diseñados teniendo en cuenta estos resultados.

Este estudio revela que la carga del cuidado de los síntomas neuropsiquiátricos es mayor que la indicada por la literatura ya que estos síntomas multiplican por más de 3 los costes sociales de la demencia, debido al mayor uso de la atención residencial y a que la cobertura formal alcanza a más pacientes que la indicada por la literatura. La mayor presencia de demencia y estos síntomas en la población de menor nivel socioeconómico indica una desigualdad en salud atenuada por el mayor uso de prestaciones sociales.

Las y los autores de este trabajo reconocen el gran reto que planteaba integrar los datos de diferentes fuentes, las bases de datos sanitarias, por un lado, y las bases de datos sociales, por otro. Para ello tuvieron que diseñar nuevos métodos basados en inteligencia artificial, algo que valoran positivamente.

Este trabajo del IIS Biogipuzkoa, en el que han participado Lore Zumeta-Olaskoaga, Oliver Ibarrondo y Javier Mar, se ha publicado en la revista científica internacional Value in Health y fue posible gracias a la financiación por parte de fondos del Instituto Carlos III (PI21/01405) y de la Unión Europea. Puede consultarse aquí.