La ingesta diaria de vitamina D en adultos mayores es generalmente insuficiente, lo que contribuye a que, en España, la prevalencia de hipovitaminosis D (niveles de 25(OH)D inferiores a 20 ng/ml) en ancianos alcance el 70%, tal y como advirtió la la Dra. Hildegarda Godoy, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en el marco de la tercera edición de Calcifediol Place, un encuentro organizado por Faes Farma.
En relación con la prevalencia de hipovitaminosis D, la Dra. Hildegarda Godoy señaló que “sabemos que la síntesis cutánea se ve reducida en la tercera edad, ya que el envejecimiento puede llegar a disminuir más del doble la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D. Este hecho es extremadamente importante, ya que de por sí las personas mayores ya tienen una menor exposición solar”.

La vitamina D es realmente un sistema endocrino, el sistema endocrino de la vitamina D (SEVD), que posee acciones tanto a nivel óseo como extraóseo. La relación entre el déficit de vitamina D y las enfermedades osteomusculares es algo descrito desde hace mucho tiempo, y cada vez existe más evidencia sobre los efectos extraesqueléticos de este sistema endocrino.
Osteoporosis, fractura ósea y sarcopenia
Cada vez hay más estudios que relacionan la hipovitaminosis D con enfermedades reumáticas autoinmunes, como pueden ser la artritis reumatoide o el lupus eritematoso. Pero, “sin duda, hablar de SEVD y tercera edad implica hablar de osteoporosis, fracturas, fragilidad ósea, mortalidad y morbilidad, deterioro cognitivo o enfermedad cardiovascular, entre otras condiciones de salud importantes”, advirtió la especialista del Servicio de Reumatología.
En cifras, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura ósea a causa de la osteoporosis, según la International Osteoporosis Foundation (IOF). Estos datos comportan un elevado impacto a nivel social, económico y de salud. “También se ha visto una relación lineal entre el riesgo relativo de fractura de cadera y los niveles de 25(OH)D -hasta los 24 ng/ml, mientras que, en contrapartida, se ha observado que la prescripción de vitamina D se asociaba con una disminución de la incidencia de fracturas de cadera”, indicó la doctora.
Por eso, “es necesario mantener unos buenos niveles de 25(OH)D y calcio para mantener una buena salud osteomuscular y prevenir las caídas, así como disminuir el riesgo de fractura. De hecho, el Registro Nacional de Fractura de Cadera ha marcado, entre sus indicadores de calidad, el objetivo de un 92% de prescripciones de vitamina D en pacientes al alta”, recalcó la especialista del Hospital Puerta de Hierro.
En este sentido, “parece que la suplementación con vitamina D sí podría llegar a mejorar el rendimiento muscular y reducir el riesgo de caídas en adultos mayores con niveles bajos de 25(OH)D”. Por eso, todas las guías de osteoporosis recomiendan un aporte diario adecuado de vitamina D y calcio. Asimismo, las guías también recomiendan la suplementación con calcio y vitamina D cuando se va a tratar con un fármaco antirresortivo (para mantener la masa ósea).
Respecto a la sarcopenia, “se ha observado una asociación clara entre unos niveles bajos de 25-hidroxivitamina D y la manifestación de fragilidad en el adulto mayor, requiriéndose concentraciones mínimas de 20 ng/ml de 25(OH)D en población sana general y de 30 ng/ml en mayores frágiles”, explicó la Dra. Godoy en este encuentro organizado por Faes Farma.
La sarcopenia una enfermedad progresiva y generalizada del músculo esquelético, caracterizada por una disminución de la masa, fuerza y función muscular asociada al proceso de envejecimiento y que impacta negativamente la funcionalidad y la salud del adulto mayor, tal y como explica la Fundación Española de Reumatología. En la actualidad, entre un 10 y un 22% de la población mayor de 65 años en España la padece, ya que, cada 10 años, se llega a perder un 8% de masa muscular.
En una revisión sistemática y metaanálisis, se concluyó que la vitamina D y, en particular, el calcifediol, tienen acciones beneficiosas no solo sobre el metabolismo óseo, sino también sobre los parámetros musculares y la sarcopenia del adulto mayor.