Dejar el hogar para ingresar en una residencia es una de las decisiones más complejas a las que se puede enfrentar tanto la persona mayor que se irá a vivir allí como sus familiares. Son muchos los factores clave a valorar a la hora de elegir un centro, que debe de adaptarse tanto como sea posible a las necesidades y preferencias de la persona usuaria.

Tal y como señala Carla Pérez, Social Advisor de CleceVitam en Cataluña, tener en cuenta algunos aspectos como la ubicación del centro, saber si sigue un plan de actividades, cuál es su modelo de atención o si ofrece estancias temporales, entre otros.

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La residencia debe de adaptarse tanto como sea posible a las necesidades y preferencias de la persona usuaria

«Creemos que las residencias se tienen que adaptar a las personas y no al revés. Es fundamental que el centro aplique un modelo de Atención Integral Centrada en la Persona que personalice la asistencia en función de las necesidades y objetivos de cada persona», indica Carla Pérez.

Además, recalca que «lo más importante de todo, es el equipo de profesionales que hay detrás, ellas son las personas que acompañarán, cuidarán y atenderán al residente y, por lo tanto, es esencial que reciba de ellas profesionalidad y calidez humana, que sienta que está en las mejores manos».

A la hora de elegir una residencia la Social Advisor de CleceVitam en Cataluña, destaca las principales principales características a tener en cuenta:

1. Una buena ubicación
Cuando una familia busca una residencia, una de las primeras cosas que mira es su proximidad al centro de la ciudad, para tener el máximo de comercios, servicios y actividades disponibles a su alrededor. 

2. Una atención especial con las personas
El modelo de AICP (Atención Integral Centrada en la Persona) es un modelo de acompañamiento donde el centro y las actividades que organiza se adaptan a las preferencias, gustos y necesidades de cada persona.

3. Un plan de actividades
Salidas a la naturaleza o a la ciudad, actividades de ocio, eventos socioculturales, acciones deportivas, etc. 

4. Un buen servicio de restauración
Una residencia tiene que procurar una alimentación saludable a sus usuarios y usuarias y tener en cuenta las necesidades nutricionales de cada cual. Por este motivo, es muy importante que disponga de una cocina propia y de un plan nutricional. 

5. Terapias adaptadas a todo el mundo

Las diferentes terapias que ofrece un centro ayudan a estimular y reforzar los aspectos emocionales internos de las personas residentes. 

6. Las unidades de convivencia

Una residencia tiene que disponer de espacios reservados y adaptados en los cuales pueda convivir un mismo grupo reducido de personas. De este modo, se favorece una atención más próxima y una mayor sensación de seguridad.

7. La posibilidad de realizar estancias temporales
La residencia temporal permite conocer con profundidad el equipo de profesionales, los servicios y el día a día de un centro durante un periodo de tiempo determinado. 

8. Un equipo de grandes profesionales
Los y las profesionales son la esencia de todo el trabajo que se lleva a cabo en la residencia. Que todo el equipo esté altamente cualificado y su máxima prioridad sea garantizar el bienestar y la calidad de vida de las personas residentes es imprescindible.

9. Certificadas por terceros
Los certificados y reconocimientos externos son la garantía de la excelencia de los servicios y la metodología de trabajo de una residencia.

10. Una comunicación constante
Hay que mantener una comunicación constante con ellas para que sepan en todo momento cómo se encuentra el o la residente, resolviendo cualquier tipo de necesidad de ambas partes.