Un artículo de Lola Pérez Martín,
estudiante en prácticas del Máster de Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea
Supervisado por Carlota Sáenz de Urturi Gómez-Centurión, (M-31299),
directora y neuropsicóloga de Cognitiva Chamberí
Introducción
En la última década, las mejoras en el contexto sociosanitario han generado una reducción de la tasa de mortalidad y como consecuencia de ello un aumento de la esperanza de vida, lo cual hace que la prevalencia de las enfermedades neurodegenerativas se haya visto cada vez más afectada.
Entre las múltiples enfermedades neurodegenerativas encontramos la demencia, siendo esta una de las enfermedades con mayor impacto en la salud pública. A nivel mundial, la demencia afecta aproximadamente a 50 millones de personas y el número de incidencia es de alrededor de 10 millones de nuevos casos al año (González-Martínez, Oltra-Cucarella, Sitges-Maciá y Bonete-López, 2021).
Un gran número de adultos padecen estadios previos al diagnóstico de demencia, y estas fases previas no siempre evolucionan a demencia. Uno de los estadios previos a la demencia es el deterioro cognitivo leve, el cual se puede definir como un estado intermedio entre el funcionamiento cognitivo propio del envejecimiento y la demencia (Petersen, 2004).

Definición deterioro cognitivo leve y subtipos
El deterioro cognitivo leve (a partir de ahora DCL) es uno de los primeros síntomas que puede aparecer en personas con riesgo a desarrollar demencia (Custodio, Herrera, Lira, Montesinos, Linares y Bendezú, 2012). Sin embargo, el DCL puede permanecer estable, progresar hacia una mejoría o empeorar (López Pesquera, 2023). En este artículo nos centraremos en la primera clasificación propuesta por Petersen (1999) para el diagnóstico de DCL:
- Quejas de fallos de memoria, preferiblemente corroboradas por un informador fiable.
- Rendimiento cognitivo general normal.
- Evidencia objetiva de defectos de memoria inferior a 1,5 desviaciones estándar en relación a la media de su edad.
- Ausencia de defectos funcionales relevantes en actividades de la vida diaria.
- Ausencia de criterios diagnósticos dedemencia.
Debido a las limitaciones de la primera clasificación propuesta por Petersen en 1999, en 2004 el autor llevó a cabo una revisión en la que se distinguieron los siguientes subtipos:
- DCL de tipo amnésico, en el que solo hay alteración de la memoria. Los criterios propuesto por Petersen en 1999 aludían principalmente a este subtipo.
- DCL múltiple o multidominio, en el que pueden estar afectados varios dominios cognitivos.
- DCL no amnésico de dominio único, cuando el paciente tiene un solo dominio cognitivo afectado diferente a la memoria (por ejemplo las funciones ejecutivas, atención, lenguaje o habilidades visoespaciales).
- DCL no amnésico con afectación multidominio, cuando el paciente tiene varios dominios cognitivos afectados diferente a la memoria (por ejemplo las funciones ejecutivas, atención, lenguaje o habilidades visoespaciales).
¿Dónde termina el envejecimiento normal y empieza la demencia?
La APA (American Psychiatric Association) define en el Manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales (DSM-5) la demencia como un síndrome con una evolución progresiva e irreversible y se caracteriza por la presencia de déficits cognitivos persistentes, los cuales interfieren en el desarrollo de la funcionalidad del individuo (APA, 2014).
Este síndrome aparece como consecuencia de una enfermedad que afecta al sistema nervioso central (Nitrini y Dozzi Brucki, 2012). Existen múltiples tipos de demencia, no obstante las demencias más habituales son:
- Demencia de tipo Alzheimer (EA)
- Demencia por cuerpos de Lewy
- Demencia frontotemporal 1) variante frontal, 2) afasia progresiva primaria o 3) demencia semántica
- Demencia vascular
Cuando un adulto es diagnosticado con DCL, la probabilidad de desarrollar demencia en el futuro es más elevada si se compara con un adulto con envejecimiento cognitivo normal (Oltra-Cucarella et al., 2018). El DCL tiene una tasa de conversión anual a demencia en torno al 12%, muy superior a la tasa del 1-2% encontrada en la población cognitivamente sana (Petersen, 2004).
Para poder identificar la diferencia principal entre DCL y demencia debemos atender a la funcionalidad de la persona afectada. En el DCL las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) están preservadas, como consecuencia de la falta de afectación cognitiva o bien consecuencia de las estrategias de compensación, a su vez los déficits cognitivos no impiden la realización de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), por lo que el adulto mayor con DCL no presenta deterioro funcional (Petersen, 2004).
En cambio, en la demencia hay una grave afectación en la funcionalidad, por lo que las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) están deterioradas y la capacidad para desarrollar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) puede estar preservada en los estadios iniciales y a medida que avanza la enfermedad iniciar el deterioro.
La división del DCL en subtipos puede ayudarnos a identificar el riesgo a desarrollar los diferentes tipos de demencia. Varios estudios han relacionado a pacientes con DCL multidominio con una mayor probabilidad de desarrollar Enfermedad de Alzheimer (a partir de ahora EA), en cambio, otros estudios han encontrado resultados opuestos, en el que DCL de dominio único aumenta la probabilidad de desarrollar EA (Belleville, Gauthier, Lepage, Kergoat y Gilbert, 2014).
Otros estudios mencionan la posible relación entre pacientes con DCL multidominio y el riesgo a desarrollar demencia vascular o EA y la relación entre pacientes con DCL no amnésico multidominio y la posibilidad de evolucionar a demencia frontotemporal. No hay estudios que mencionen una posible relación entre DCL no amnésico de dominio único y el desarrollo de un diagnóstico específico de demencia.
Sin embargo, como se mencionaba al inicio, el DCL no siempre evoluciona a demencia. Este diagnóstico es un factor de riesgo para el desarrollo de demencia, pero no es un factor determinante, por lo que el DCL puede mantener un curso clínico estable y no agravarse.
Teniendo en cuenta la información aportada a lo largo del artículo sobre el riesgo de conversión de DCL a demencia, es imprescindible la detección temprana de este tipo de enfermedades neurodegenerativas a través de pruebas de evaluación neuropsicológicas, el desarrollo de criterios diagnósticos que permitan diferenciar a los adultos con un envejecimiento cognitivo normal de aquellas con un envejecimiento cognitivo patológico con mayor riesgo de desarrollar demencia y el seguimiento de estos adultos con terapias no farmacológicas como la estimulación cognitiva, con la finalidad de prevenir o retrasar la aparición de la demencia y mejorar la calidad de vida de las personas con DCL.
Referencias bibliográficas
- Custodio, N., Herrera, E., Lira, D., Montesinos, R., Linares, J., y Bendezú, L. (2012). Deterioro cognitivo leve, ¿dónde termina el envejecimiento normal y empieza la demencia?. Anales de la facultad de Medicina, 73(4), 321-330. http://www.scielo.org.pe/pdf/afm/v73n4/a09v73n4.pdf
- Custodio, N., Montesinos, R., y Alarcón, J. O. (2018). Evolución histórica del concepto y criterios actuales para el diagnóstico de demencia. Revista de Neuro-Psiquiatría, 81(4). http://dx.doi.org/10.20453/rnp.v81i4.3438
- González‐Palau, F., Buonanotte, F., & Cáceres, M. M. (2015). Del deterioro cognitivo leve al trastorno neurocognitivo menor: avances en torno al constructo. Neurología Argentina, 7(1), 51‐58. https://doi.org/10.1016/j.neuarg.2014.08.004
- González‐Martínez, P., Oltra‐Cucarella, J., Sitges‐Maciá, E., & Bonete‐López, B. (2021). Revisión y actualización de los criterios de deterioro cognitivo objetivo y su implicación en el deterioro cognitivo leve y la demencia. Revista de Neurología, 72(8), 288‐295. https://doi.org/10.33588/rn.7208.2020626
- López Pesquera, B. (2023). Protocolo clínico para el diagnóstico y tratamiento del deterioro cognitivo leve. Medicine, 13(74), 4395-4399. https://doi.org/10.1016/j.med.2023.03.005
- Perrote, F. M., Brochero, N. N., Concari, I. A., García, I. E., Assante, M. L., & Lucero, C. B. (2017). Asociación entre pérdida subjetiva de memoria, deterioro cognitivo leve y demencia. Neurología Argentina, 9(3), 156‐162. https://doi.org/10.1016/j.neuarg.2017.06.002