Trece sociedades científicas han suscrito el ‘Manifiesto Dignifica’ ante la preocupación de la asistencia sanitaria y la precariedad laboral en la medicina privada, y la falta de respuesta por parte de las autoridades competentes.

El deterioro en las condiciones laborales en la sanidad privada y la congelación, desde hace décadas, de lo que se paga al médico por acto clínico o quirúrgico, perjudica la calidad y eso puede poner en riesgo la seguridad del paciente. Las 13 sociedades científicas que han suscrito el ‘Manifiesto Dignifica’ denuncian mantener baremos de los años 90 para una Medicina de 2024.

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Imagen de la última reunión mantenida por representantes del ‘Manifiesto Dignifica’ con la Dirección General de Seguros

En este sentido, han hecho pública su «profunda preocupación» por el deterioro de las condiciones laborales en la Medicina privada, a través del ‘Manifiesto Dignifica’ (disponible en este enlace) tras mantener durante más de dos años de conversaciones y reuniones con la Dirección General de Seguros sin resultado alguno.

A través de este Manifiesto, los profesionales piden sentarse a negociar con las compañías aseguradoras, para que no se dé una situación que ponga en riesgo la seguridad de los pacientes que acuden a la sanidad privada y se devalúen, más todavía, las condiciones de precariedad laboral del personal sanitario que ejerce en la Medicina privada.

En España, la práctica de la medicina privada representa el 3,1% del PIB, más de 60.000 médicos desarrollan su actividad en ella y más del 95% de los facultativos que ejercen en ella son autónomos. Muchos de ellos trabajan con las compañías aseguradoras y grupos hospitalarios que cuentan con más de 11 millones de personas aseguradas.

En la mayoría de los casos, los médicos especialistas de las principales aseguradoras reciben una contraprestación económica bruta entre los 7 y los 15 euros por acto en consulta ambulatoria, mientras que, para las cirugías, los precios también están muy por debajo del valor estimado.

A juicio de estas sociedades científicas, esto se traduce en:

  • merma de la calidad asistencial
  • sobrecarga del sistema
  • aumento de las listas de espera
  • frustración de miles de profesionales de la salud, que no pueden implementar las posibilidades que ofrecen las actuales técnicas y tecnologías al servicio de los pacientes

Y es que la baja remuneración impide, por el diferencial de coste, mejorar sensiblemente la calidad en la asistencia médica, lo que a su vez conlleva que no puedan reducirse los riesgos para las personas que la reciben. De hecho, los recursos que se facilitan a los profesionales permanecen congelados desde los años 90, lo que trae consigo un deterioro muy agudo en las condiciones de la prestación de los servicios de los facultativos.

«El precio que se paga al médico por acto clínico o quirúrgico lleva congelado desde hace 30 años y está muy por debajo de la cantidad que se paga en los países de nuestro entorno, lo que puede conducir a una fuga de talento. Además, existe una resistencia de las compañías a incorporar en sus coberturas los actos médicos, diagnósticos y terapéuticos más avanzados e innovadores de cada especialidad, recogidos en los nomenclátors de sus respectivas sociedades científicas», denuncian las sociedades científicas han suscrito el ‘Manifiesto Dignifica’.