Un artículo del Dr. Emilio Gonzáles Pablos, Psiquiatra, y el Dr. José Manuel Valles de la Calle, Médico
de Unidad de Investigación y Docencia de Fundación Hospitalarias Palencia
En Psicogeriatría, los antipsicóticos son medicamentos que se utilizan para tratar síntomas psicóticos en personas mayores con unas indicaciones determinadas como son, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, los síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios), agitación y agresividad en personas con demencia u otros trastornos neuropsiquiátricos.
Una de las consecuencias que puede tener el uso de antipsicóticos es la hiperprolactinemia, es decir, un aumento de los niveles de la hormona prolactina en sangre.

Los niveles normales de prolactina varían de hombres a mujeres, siendo normales en mujeres valores inferiores a 25 ng/ml y en hombres inferiores a 20 ng/ml. Los niveles de gravedad son leve (por debajo de 50 ng/ml), moderado (con valores entre 51-99 ng/ml) y grave (por encina de 100 ng/ml).
Las consecuencias fisiológicas de los niveles elevados de prolactina pueden deberse a efectos directos de la prolactina sobre tejidos u órganos periféricos, o bien, a efectos indirectos entre los cuales el más obvio es la función reguladora que ejerce la prolactina sobre las demás hormonas sexuales, como son los estrógenos y la progesterona, induciendo una disminución de la síntesis de estos, de modo que es posible que los individuos con hiperprolactinemia presenten de forma secundaria niveles bajos de estrógenos y testosterona.
Las consecuencias clínicas de la hiperprolactinemia pueden ser múltiples, pero en las personas de edad avanzada, es importante destacar:
- Sobre la mama:
Galactorrea: secreción de leche por los pezones en los hombres y el mismo fenómeno en mujeres no lactantes.
Ginecomastia: aumento del volumen mamario, que puede ser uni o bilateral.
- Sobre el hueso:
Osteoporosis: la densidad ósea en pacientes con esquizofrenia tratados con antipsicóticos es por término medio un 14% inferior a la de personas sanas.
Fracturas: los pacientes tratados con antipsicóticos tienen más riesgo de padecer fracturas de cadera que los no tratados. También se incrementa el riesgo de fractura en pacientes con hiperprolactinemia en tratamiento con antipsicóticos.
- Riesgo de cáncer:
Existe una posible relación entre el aumento de prolactina mantenida a lo largo del tiempo por uso de antipsicóticos y algunos tipos de cáncer, como el de mama y endometrio, sobre todo en mujer posmenopáusica.
- Efectos sobre el sistema inmune:
Existe asociación con diferentes enfermedades autoinmunes como la diabetes mellitus tipo I, la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico.
- Efectos metabólicos:
Dislipemia.
Aumento de peso.
- Efectos sobre el sistema nervioso central:
Función cognitiva: en mujeres, la hiperprolactinemia puede tener efectos negativos directos sobre la función cognitiva. En hombres, niveles bajos de testosterona se relacionan con deterioro de la memoria y de las habilidades visuoespaciales.
Emocional: se han descrito mayores tasas de hostilidad, ansiedad, depresión y distimia en pacientes con hiperprolactinemia.
Hiperprolactinemia inducida por antipsicóticos
Las elevaciones de prolactina con medicación antipsicótica generalmente dependen de la dosis; sin embargo, los antipsicóticos con alto potencial de elevar la prolactina pueden tener un impacto sobre los niveles de prolactina incluso a dosis bajas, mientras que los antipsicóticos que tienen un efecto mínimo sobre la prolactina en la mayoría de los casos pueden permanecer sin cambios con cualquier dosis.
Las mayores tasas de prolactina se observan durante el tratamiento con antipsicóticos clásicos y con el antipsicótico atípico risperidona. Por otro lado, los antipsicóticos atípicos no se suelen asociar con elevación de la prolactina.
En estudios realizados durante varios años en el Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias de Palencia, los antipsicóticos que más elevan la prolactina son: amisulpiride, ziprasidona, clorpromacina, risperidona y haloperidol, y los antipsicóticos que menos la elevan son: clozapina, aripiprazol y olanzapina.
Por ello, en personas mayores que precisen el uso de tratamiento antipsicótico, los niveles de prolactina deben ser un parámetro a monitorizar.