Un artículo de Sergi Muñiz, musicoterapeuta de la Fundació Vallparadís MútuaTerrassa

Actualmente vivimos en una sociedad cada vez más envejecida con unas características de salud determinadas y con una presencia de enfermedades neurodegenerativas que conllevan a un aumento importante de la dependencia. Esto nos indica que existe un impacto personal, familiar y social cada vez más relevante. Cualquier actuación que pueda ayudar a estas personas mayores para mejorar su bienestar y calidad de vida, obteniendo un nivel óptimo de funcionamiento en su vida diaria, es cada día más necesario.

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Las terapias no farmacológicas hacen referencia a las intervenciones terapéuticas que pretenden aportar beneficios a nivel funcional, motor, cognitivo, emocional, relacional y de desarrollo personal. Dentro de las terapias no farmacológicas, la musicoterapia (MT) es una terapia complementaria a otras disciplinas que ha ido creciendo y mostrando una efectividad positiva y beneficiosa especialmente en las personas mayores con enfermedades neurodegenerativas.

Se ha observado que la intervención en MT puede ayudar en las diferentes áreas de la persona mayor. A nivel cognitivo facilita los procesos de reminiscencia, la evocación de recuerdos y a estimular otras funciones cognitivas como el lenguaje, la memoria o la atención.

A nivel físico, mejora el movimiento, la movilidad y la fuerza, ayuda a relajarse y a reducir la agitación y la ansiedad, y refuerza la estimulación sensorial. A nivel socioemocional, favorece las relaciones sociales, la comunicación y la expresión de sentimientos y emociones, modifica el estado de ánimo y la capacidad de autoestima. En el caso de las personas con enfermedades neurodegenerativas se observan mejoras en la sintomatología psicológica y conductual (Mercadal-Brotons, 2020).

La Federación Española de Asociaciones de Musicoterapia (FEAMT), la European Music Therapy Confederation (EMTC) y la American Music Therapy Association (AMTA) consideran que la MT debe ser ejercida por profesionales cualificados, especializados y formados específicamente en esta disciplina avalada por un título universitario o formación equivalente reconocida.

Según la EMTC, el musicoterapeuta utiliza la música o intervenciones musicales específicas de acuerdo con el conocimiento basado en la evidencia científica obtenida mediante investigaciones clínico-prácticas. El uso de la música en un contexto terapéutico fomenta una interacción entre los dos hemisferios del cerebro, cosa que facilita poder incidir en las funciones de las áreas afectadas de la persona. La música es el medio de interacción y comunicación, donde se da una relación terapéutica entre la persona y el musicoterapeuta (Bruscia, 2014).

La MT se basa en un proceso sistemático de intervención, donde existe un control, un orden y un rigor metodológico de trabajo. El musicoterapeuta debe trabajar en equipo y debe tener un amplio conocimiento de la persona. Utiliza la música de manera personalizada y terapéutica para facilitar cambios en aquellas personas con disfunciones cognitivas, comunicativas, sensoriales y motrices ayudando a mantener las capacidades existentes, y mejorarlas siempre que sea posible (Thaut & Hoemberg, 2014).

Este proceso de intervención de MT, empieza con una evaluación inicial para conocer el estado de salud de la persona en todas sus áreas y poder evaluar sus necesidades, capacidades, habilidades, aptitudes y/o problemas, antes de empezar el tratamiento. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), hay personas mayores sanas con buen estado de salud, personas mayores sanas con alguna enfermedad aguda, personas mayores frágiles que conservan su independencia de manera precaria y personas mayores que se consideran pacientes geriátricos con una o varias enfermedades de base crónicas y evolucionadas, dependientes e institucionalizadas.

Esta información ayuda al musicoterapeuta a conocer mejor a la persona y su estado de salud, lo cual le permitirá elaborar e implementar un buen plan de tratamiento, con unos objetivos y un seguimiento con coherencia terapéutica (Waldon & Gattino, 2018).

La MT está integrada en el modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP) que tiene en cuenta la historia de vida y musical de la persona para ayudar en la mejora de su bienestar y calidad de vida desde una atención personalizada (Kelly et al., 2023). El musicoterapeuta puede intervenir a nivel preventivo: para retrasar o enlentecer el deterioro de la persona y/o potenciar su desarrollo, funcionalidad y bienestar; y también a nivel rehabilitador: para mantener, mejorar o restaurar aquellos aspectos de la persona que limitan su funcionalidad.

No hay duda de los efectos positivos y el potencial terapéutico de la MT, como terapia no farmacológica, en las personas mayores. Cada vez es más necesario incluir la MT, dirigida por un musicoterapeuta, en los programas terapéuticos de atención personalizada que favorezcan un mejor bienestar y calidad de vida para estas personas.

Referencias bibliográficas