Promover actividades al aire libre durante el verano contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas mayores, potenciando su bienestar físico y metal. Un día de playa puede ser una experiencia muy positiva para los mayores si se organiza de modo que se preste atención a sus necesidades.
El entorno natural de la playa, así como la brisa marina y el contacto con el agua brindan beneficios físicos, además, tienen un gran impacto en el bienestar emocional. No obstante, para garantizar una jornada agradable y segura durante la visita a este entorno natural, es importante tener en cuenta algunos aspectos clave.

“La playa, además de proporcionar efectos físicos positivos para la población mayor como potenciar la movilidad o la circulación, también es capaz de ofrecer una mejora desde el punto de vista psicológico. En este sentido, la exposición moderada al sol, el paseo por la orilla o simplemente escuchar el sonido del mar favorecen la relajación, estimulan los sentidos y contribuyen a reducir el estrés» señala María Calle Llorente, psicóloga de Blua de Sanitas.
Calle Llorente añade que «mejora el estado de ánimo, refuerza la sensación de vitalidad y ayuda a combatir la soledad y el aislamiento, dos factores de riesgo en la salud mental de los mayores”.
En paralelo, el simple hecho de cambiar de entorno, salir de la rutina y compartir un día al aire libre con otras personas es en sí mismo un factor protector frente a la ansiedad y la depresión.
“El mar activa recuerdos positivos y conversaciones espontáneas que pueden reforzar el vínculo emocional con familiares o cuidadores, fomentando así el sentimiento de pertenencia y aumentando la autoestima”, añade Miryam Piqueras, directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.
Recomendaciones para disfrutar de un día de playa
No obstante, no hay que ignorar ciertos riesgos asociados al calor como la deshidratación o el esfuerzo físico, por ello, es conveniente preparar el día con previsión. Ante esta situación, se exponen a continuación una serie de recomendaciones para disfrutar de un día de playa con mayores:
- Optar por playas accesibles y con sombra natural
Buscar playas que tengan pasarelas, baños adaptados y zonas de sombra como pérgolas o árboles facilita la movilidad y aminora el esfuerzo físico. Así, es posible disfrutar más tiempo al aire libre sin riesgo de sobreesfuerzo ni excesiva exposición al sol. - Evitar las horas de mayor calor
Las personas mayores son más propensas a los golpes de calor, por lo que es recomendable ir a la playa a primera hora de la mañana o al final de la tarde, de modo que se evite la franja entre las 12h y las 17h. Así, se aprovecha una temperatura más suave y se favorece una mejor tolerancia a la actividad física, lo que mejora también el estado de ánimo y el descanso posterior. - Llevar alimentos frescos y agua en abundancia
Una buena hidratación es clave para evitar mareos, fatiga o caídas de tensión. Por ello, es aconsejable ofrecer agua con frecuencia, incluso si no hay sensación de sed, y complementar la jornada con alimentos ligeros como fruta cortada, gazpacho o yogures. Todo ello brinda hidratación y energía sin provocar digestiones pesadas ni bajadas de azúcar. - Proteger la piel con ropa ligera y protector solar
La piel de los mayores es más fina y sensible, por lo que conviene cubrirla con prendas frescas de algodón, sombreros de ala ancha y gafas de sol. Asimismo, es recomendable aplicar crema de protección solar de factor 50 y reaplicarla cada dos horas para disminuir el riesgo de quemaduras, que pueden provocar complicaciones como infecciones o molestias al dormir. - Facilitar pequeños baños con supervisión constante
Siempre que la movilidad lo permita y no haya contraindicaciones médicas, mojarse los pies o realizar un pequeño baño controlado en zonas seguras puede aportar diferentes beneficios. Así, el agua del mar estimula la circulación, relaja la musculatura y genera una sensación placentera que ayuda a liberar tensiones y mejorar el estado emocional.