geriatricarea rehabilitacion funcional Garazi Bediaga


Un artículo de Garazi Bediaga,
Fisioterapeuta en IMQ Igurco Orue


En las personas mayores, un ingreso hospitalario ―especialmente cuando está motivado por infecciones respiratorias como la gripe, COVID o el virus respiratorio sincitial (VRS)― puede desencadenar un deterioro funcional que compromete su autonomía. Se trata de una situación potencialmente reversible, siempre que se aborde de manera precoz y con una estrategia que incluya las terapias no farmacológicas, entre las que la rehabilitación funcional ocupa un lugar destacado.


Las estancias hospitalarias, que en personas mayores superan de media los 8,7 días y se prolongan aún más cuando el motivo del ingreso es una infección respiratoria, aumentan la probabilidad de perder capacidades básicas como caminar, vestirse o ducharse.

No solo influye la enfermedad aguda: la inmovilidad prolongada, la polifarmacia, el uso de sujeciones físicas o el propio impacto del envejecimiento —como la pérdida de masa muscular o la disminución de la capacidad aeróbica— actúan como factores que aceleran el declive funcional.

No solo influye la enfermedad aguda: la inmovilidad prolongada, la polifarmacia, el uso de sujeciones físicas o el propio impacto del envejecimiento -como la pérdida de masa muscular o la disminución de la capacidad aeróbica- actúan como factores que aceleran el declive funcional.

geriatricarea rehabilitacion funcional
La intervención en rehabilitación funcional tiene en el ejercicio terapéutico su eje principal


Terapias no farmacológicas para preservar la funcionalidad tras infecciones respiratorias

Los profesionales de las unidades de recuperación funcional destacan la importancia de valorar la situación basal del paciente y detectar precozmente a quienes presentan mayor riesgo de deterioro. Esta necesidad es especialmente relevante tras episodios respiratorios graves, que suelen conllevar debilidad muscular, merma de la movilidad y reducción de la tolerancia al esfuerzo.

La intervención tiene al ejercicio terapéutico como eje principal. En estas unidades, el trabajo inicial se orienta a mantener la movilidad articular y prevenir retracciones, al tiempo que se fortalece la musculatura para reducir riesgos asociados como las caídas. A medida que el paciente progresa, se reeducan la marcha y el equilibrio, pudiendo incorporarse ayudas técnicas ajustadas por el profesional cuando es necesario.


El entorno sociofamiliar, un aliado en la recuperación

Los estudios señalan que un acompañamiento adecuado facilita una recuperación más rápida y eficaz, reduciendo la probabilidad de institucionalización tras el alta.

Las unidades de recuperación funcional, como las que cuenta IMQ Igurco en sus residencias Unbe y Orue, desempeñan así un papel esencial en la recuperación de las personas mayores ingresadas por gripe, COVID o VRS, ayudándoles a retornar a su domicilio con el mayor nivel de autonomía posible y evitando que una enfermedad aguda provoque un estado de fragilidad que derive, finalmente en una pérdida funcional no reversible (dependencia).