
Un artículo de Sara González,
jefe médico del Grupo Amavir
Las terapias no farmacológicas (TNF) constituyen un pilar fundamental en el manejo y tratamiento de enfermedades crónicas en personas mayores. Estas intervenciones buscan mejorar la salud y el bienestar sin recurrir a medicamentos, abordando aspectos físicos, psicológicos, sociales y emocionales, y reconociendo la complejidad de las necesidades de esta población. Su objetivo principal es mejorar la calidad de vida y promover la autonomía de los adultos mayores, tanto en centros sanitarios como en residencias.
Es importante señalar que estas terapias se aplican tanto a residentes con deterioro cognitivo (en sus diversas fases) como a aquellos que no lo padecen. La metodología se ajusta a cada persona mediante planes específicos de implantación que consideran las capacidades mantenidas para potenciarlas, las rutinas, las habilidades en pérdida y las debilidades, intentando rehabilitarlas en la medida de lo posible y siempre respetando los deseos del residente. Este enfoque refleja nuestro modelo asistencial: Guiados por Ti, priorizando la individualidad y la participación activa del propio mayor en su cuidado.

La eficacia de las TNF está respaldada por la investigación científica. Han demostrado ser efectivas en la gestión de síndromes geriátricos como la demencia, la depresión o la ansiedad, especialmente en el contexto de enfermedades neurodegenerativas. Además, contribuyen a prevenir la discapacidad y a mantener la independencia funcional. Ejemplos de terapias con resultados positivos incluyen fisioterapia, terapia ocupacional, musicoterapia y terapia cognitivo-conductual.
Entre los beneficios más destacados de las TNF se encuentran:
- Promoción de la autonomía: favorecen la independencia y la capacidad funcional de los mayores, potenciando su desarrollo integral.
- Conexión con el entorno: evitan el aislamiento, reducen el estrés y ayudan a ralentizar la progresión de las enfermedades.
- Ausencia de efectos secundarios: a diferencia de los fármacos, estas terapias presentan un riesgo mínimo de complicaciones.
- Mejora general de la calidad de vida: contribuyen a reducir dolor, depresión, estrés y ansiedad, proporcionando bienestar físico y emocional.
La implantación de TNF en residencias de mayores requiere un enfoque interdisciplinario, que involucra médicos, enfermeros especializados, terapeutas físicos y ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales y todo el personal que participa en las actividades diseñadas para estimular su implicación. Cada profesional desempeña un papel clave en el diseño e implementación de planes personalizados que atiendan las necesidades específicas de cada residente.
La formación de los profesionales es un factor importante. Deben conocer las necesidades particulares de la población geriátrica, saber seleccionar y aplicar correctamente las terapias, y evaluar continuamente sus resultados. La capacitación interdisciplinaria y la actualización constante garantizan una atención de calidad y la correcta implementación de estas intervenciones.
Modelo ‘Guiados por ti’
“Guiados por Ti” de Amavir es un modelo asistencial centrado en la persona, que reconoce a cada residente como protagonista de su propia historia. Su objetivo es dar su sitio y su fuerza a la persona mayor para que decida cómo desea ser acompañada y atendida, adaptando el entorno y los servicios de la residencia a sus necesidades, preferencias y deseos.
Cada residente cuenta con un plan de atención individualizado, elaborado en el momento del ingreso y revisado periódicamente junto con la familia, que incluye aspectos como rehabilitación, estimulación cognitiva, actividades de tiempo libre, dieta, atención psicológica y tratamiento médico.
Este enfoque busca mantener la autonomía, prevenir el deterioro y mejorar la calidad de vida, asegurando que cada persona pueda continuar realizando aquellas actividades que le resultan significativas y mantener sus ilusiones y bienestar en un entorno adaptado a sus necesidades.
En conclusión, las terapias no farmacológicas son esenciales para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Su eficacia, su enfoque integral y la participación de equipos multidisciplinares las convierten en un componente indispensable del cuidado geriátrico. El compromiso y la formación de todos los profesionales implicados son clave para que estas terapias logren su máximo potencial, ofreciendo bienestar y autonomía a los residentes.