Un artículo de Aurelio López-Barajas de la Puerta, CEO de SUPERCUIDADORES
El avance demográfico está configurando un nuevo escenario social en el que el envejecimiento activo, la autonomía personal y la atención centrada en la persona se han convertido en prioridades irrenunciables. Ante este contexto, las Terapias No Farmacológicas (TNF) representan hoy mucho más que un conjunto de intervenciones complementarias: constituyen una herramienta esencial para preservar la funcionalidad, la identidad y el bienestar emocional de las personas mayores o en situación de dependencia.

En los centros residenciales, en los servicios de ayuda a domicilio y en la atención en instituciones sociales, las TNF han demostrado ser un recurso de enorme valor al reducir conductas disruptivas, estimular la memoria, favorecer la expresión emocional y mejorar la calidad de vida. También fortalecen el vínculo entre profesional y persona cuidada, algo imprescindible para una atención respetuosa y humanizada.
La formación como garantía de calidad y evidencia
Las Terapias No Farmacológicas requieren profesionales cualificados. No basta con conocer las técnicas: es imprescindible comprender su fundamentación científica, su metodología, los criterios éticos y la correcta adaptación a cada persona.
La estimulación sensorial, la musicoterapia, la reminiscencia, la orientación a la realidad, la robo terapia, las intervenciones asistidas con animales, la metodología Montessori para demencias, la terapia con muñecos, la rehabilitación funcional o la jardinería terapéutica… cada una de estas intervenciones exige una aplicación rigurosa, basada en evidencia y ejecutada por personal formado para no incurrir en riesgos o prácticas inadecuadas.
En SUPERCUIDADORES llevamos más de once años formando a miles de cuidadores familiares y profesionales precisamente con este propósito: que cada intervención, farmacológica o no:
- respete la dignidad de la persona mayor
- potencie sus capacidades
- se integre en un modelo de atención centrado en la persona
Acreditación de Competencias Profesionales: clave para profesionalizar los cuidados
La aprobación del nuevo marco legislativo en 2025 y la consolidación del sistema de acreditación de competencias profesionales han supuesto un impulso decisivo. Gracias a este sistema, miles de profesionales con experiencia, pero sin titulación, pueden demostrar oficialmente sus conocimientos y obtener un reconocimiento válido en todo el territorio español.
Esta acreditación:
- Mejora la empleabilidad.
- Garantiza prácticas seguras y de calidad.
- Normaliza la profesión del cuidador.
- Aporta confianza a familias y entidades.
- Revaloriza los servicios de atención sociosanitaria.
En el ámbito de las TNF, la acreditación es especialmente relevante. Un profesional acreditado en atención sociosanitaria está mejor preparado para integrar estas terapias de forma adecuada en el día a día de las personas mayores, siguiendo criterios de eficacia y seguridad.
Un futuro en el que las TNF serán imprescindibles
La evidencia científica acumulada en las últimas dos décadas confirma que las TNF:
- Reducen la ansiedad, la depresión y el aislamiento social.
- Mejoran la comunicación, la memoria autobiográfica y la identidad personal.
- Disminuyen el uso de psicofármacos.
- Favorecen la participación activa y el mantenimiento de capacidades.
En un país en el que convivimos ya con más de diez millones de personas mayores, y donde la demanda de cuidadores cualificados aumenta cada año, invertir en formación sobre TNF es una inversión en salud, bienestar y sostenibilidad del sistema de cuidados.
Las Terapias No Farmacológicas no son un complemento, sino una parte sustancial de la intervención sociosanitaria moderna. Como sociedad, debemos garantizar que quienes las aplican cuentan con las competencias, la sensibilidad y los conocimientos necesarios.