Por Eva Lorenzo, Trabajadora Social y autora del blog Mi rincón de apoyo al cuidador

A lo largo del día, desplazamos y movilizamos nuestro cuerpo cientos de veces. Cada uno de nosotros adopta posturas y técnicas propias a la hora de caminar, levantarse o sentarse en una silla. Hacerlo, nos aporta independencia y autonomía en nuestra vida. Sin embargo, cuando aparecen complicaciones físicas, debido a una enfermedad o accidente, realizar estos movimientos sin ayuda se convierte en algo mucho más complicado o en algunos casos imposible en personas dependientes.
El reposo prolongado puede llegar a provocar en nuestro familiar una merma en la capacidad de movimiento, el tono muscular y/o provocar contracturas, atrofias musculares, úlceras. Es muy importante saber utilizar la movilización para prevenir complicaciones y favorecer la calidad de vida.
La figura del cuidador será indispensable para que la persona en situación de dependencia consiga una vida lo más independiente posible, por lo que deberá aprender una serie de técnicas y maniobras necesarias para llevar a cabo las movilizaciones y transferencias de la vida diaria de la persona a la que cuida.

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El cuidador debe aprender una serie de técnicas y maniobras necesarias para llevar a cabo las movilizaciones y transferencias de la vida diaria de la persona a la que cuida

Todos estos consejos y pautas sobre posturas, principios y metodología para movilizar correctamente a la persona encamada, tienen también como objetivo cuidar al cuidador. Es decir, además de provocar el movimiento, potenciar las áreas no afectadas por la enfermedad y colaborar en su proceso de rehabilitación, también es necesario que el cuidador principal aprenda a manejar su propio cuerpo utilizando estos conceptos en su propio beneficio para evitar lesiones.
Es fundamental vigilar el propio cuerpo y mantener durante la movilización criterios como la simetría, el reparto del peso, la flexión de cadera y rodillas, las posturas y la posición erguida de los distintos segmentos que forman la columna vertebral.
Aunque existe una gran variedad de técnicas y formas de realizar las movilizaciones y transferencias no todas son adecuadas o posibles de llevar a cabo con nuestro familiar, debido al tipo de patología que padece, por lo que, la elección de la manera correcta debe estar consensuada entre el cuidador y los profesionales sanitarios que mejor conozcan su incapacidad y el tipo de asistencia que necesita.
Objetivos de las técnicas de movilización y transferencias:
1. Prevenir los trastornos músculo-esqueléticos, principalmente el dolor de espalda por esfuerzo o postural.
2. Facilitar la actividad del cuidador familiar a partir de la adopción de posturas y gestos seguros.
3. Ofrecer seguridad y confort a la persona en situación de dependencia.
4. Minimizar los riesgos de salud derivados de la atención de las personas en situación de dependencia.
5. Proporcionar una mejor calidad de vida y autonomía a la persona a la que cuidamos.

MOVILIZACIONES

Son movimientos sobre una misma superficie, realizando cambios de posición o de situación. Movilizar supone cambiar la posición de una persona sobre una misma superficie, por ejemplo, para evitar las úlceras, escaras, y/o incomodidades.
Beneficios para la persona cuidada:
• Mantener o potenciar sus capacidades físicas.
• Mejorar la circulación sanguínea.
• Prevenir atrofias musculares, rigidez articular y la aparición de úlceras por presión.
• Conservar la alineación corporal.
• Favorecer la independencia y la relación social.
Beneficios para el cuidador:
• Prevenir dolores de espalda u otras posibles lesiones.
• Economizar energía y facilitar la tarea.
• Dar mayor autonomía y capacidad de trabajo.
Una forma de clasificar las movilizaciones es en función de la posibilidad o no por parte de la persona en situación de dependencia de colaborar o en su realización:
Activas: grupo de movimientos terapéuticos que el individuo desarrolla con voluntad propia buscando el objetivo de su recuperación. Además de una respuesta física adecuada, también exigen un proceso mental consciente y voluntario. La finalidad de estos movimientos no es solo mantener y mejorar la movilidad, sino sobre todo, desarrollar la coordinación neuromuscular y mejorar la potencia.
Pasivas: conjunto de aquellas movilizaciones en las que no existe una actividad ni participación por parte del enfermo, utilizadas para mantener las estructuras articulares y musculares, así como mejorar condiciones fisiológicas, el sistema vascular y la integración neurológica.
Pautas generales para las movilizaciones:
• Intentar que la persona realice por sí mismo los movimientos en la medida que le sea posible. Ayudar solo si es necesario.
• Evitar movimientos bruscos que ocasionen dolor o molestias.
• Explicar con antelación la movilización que vamos a realizar.
• Realizar movimientos suaves y lentos, para que se produzca una adaptación gradual.
• Si existe dolor, parar la movilización.
Movilización hacia la cabecera de la cama:
Si la persona no colaboradora es aconsejable la presencia de dos cuidadores:
Opción 1.- Cada cuidador se situará a un lado de la cama:
• Retirar la sábana superior y la almohada.
• Los cuidadores se colocarán a nivel de la cadera de la persona, con las piernas separadas y con la rodilla más lejana de la cabecera semiflexionada. Esta posición evitará sobrecargar la espalda, ya que se trabaja siempre con las piernas.
• Evitar los roces y golpes al realizar la movilización.
• Colocar un brazo bajo el hombro y el otro bajo el glúteo de la persona encamada, a nivel del muslo.
• En un movimiento sincronizado lo levantarán entre los dos, realizando un cambio de carga desde la pierna más lejana a la cabecera a la que está más cercana.
Opción 2.- Los dos cuidadores se situarán al mismo lado de la cama:
• Retirar la sábana superior y la almohada.
• Un cuidador se colocará a nivel del tronco, pasando un brazo por debajo de los hombros y el otro por mitad del tórax; el otro cuidador deslizará sus brazos por debajo de los glúteos. Los brazos deben colocarse en forma de bandeja para no hacerse daño.
• En un movimiento sincronizado, elevar cuidadosamente a la persona hacia la cabecera de la cama, cambiando el peso de la pierna más alejada del cabecero a la otra, sin forzar la espalda.
Si la persona colaboradora solo será necesaria la presencia de un cuidador.
• Colocarse a nivel de la cadera de la persona dependiente.
• Decir a nuestro familiar que se agarre a la cabecera o a los laterales de la cama.
• Pedir que flexione las rodillas para colocar las plantas de los pies apoyadas en la cama y así, poder realizar fuerza para elevar los glúteos e impulsarse hacia la cabecera de la cama.


 
Movilización hacia un borde de la cama
Entre dos cuidadores:
• Situarse uno a cada lado de la cama.
• Doblar una sábana por la mitad, por su largura.
• Colocar la sábana por debajo, de forma que pase desde los hombros hasta debajo de los glúteos.
• Para introducir la sabana debemos colocar a la persona dependiente en decúbito lateral y meter la sábana por el lado en el que el cuerpo esta elevado. Luego volver a la persona hacia el lado contrario y estirar la parte de la sabana que falta colocar.
• Agarrar la sabana enrollada por los laterales, sujetarla fuertemente para poder así movilizar a la persona a cualquier lado de la cama, al mismo tiempo que mantienen sus piernas ligeramente flexionadas y la espalda recta.
Sólo un cuidador:
• Situar en el lado de la cama hacia el cual quiere movilizar a la persona dependiente. Retirar la almohada y la sabana superior.
• Colocar el brazo de la persona más próximo a usted doblado sobre el tórax.
• Pasar uno de sus brazos bajo los omoplatos, con las palmas hacia arriba, hasta asir el hombro más lejano. Pasar el otro brazo por debajo de la zona lumbar.
• Poner sus manos en forma de bandeja para poder deslizar a la persona con mayor facilidad, y desplace hacia sí esta parte del cuerpo.
• Trasladar sus brazos a la parte inferior del cuerpo; un brazo bajo los glúteos y el otro bajo los gemelos. Deslizar hasta alinear la posición.

 
Movilización para sentar a la persona en el borde de la cama. Esta técnica parte con la posición inicial de nuestro familiar aboca arriba.
• Colocarse al lado de la cama con las piernas flexionadas y la espalda recta.
• Colocar una mano bajo el omóplato y la otra al lado de la rodilla. Es adecuado que la persona tenga la pierna más próxima a nosotros por encima de la otra.
• Prepararse para iniciar el desplazamiento y cambiar de orientación.
• Girar sobre las puntas de los pies.
• Al mismo tiempo, realizar un empuje con la mano bajo el omóplato y tirar con la mano de la rodilla.
• Para estabilizar a la persona, bajar la posición adoptada y empuje hacia el suelo contra las rodillas.
• Se debe tener la precaución de favorecer siempre una posición firme y segura, por si aparecen mareos o vértigos derivados del desplazamiento.


 
Movilización para levantar a la persona de una cama o sillón:
Colocarse de cara a nuestro familiar y de lado con respecto a la cama. El pie más próximo se coloca atrás y la mano más alejada se pasa por detrás de los hombros balanceando el cuerpo hacia atrás, bajando las caderas verticalmente de forma que el peso pase de la pierna de delante a la de detrás.
Si colabora:
• La persona en situación de dependencia realizará todas aquellas partes de la actividad que pueda.
• Indicar que se coloque en el borde de la cama, en posición de lado.
• Con ayuda del brazo que está más cerca del canto de la cama, que apoye el codo y la mano para impulsarse.
• A la vez, que apoye también la palma de la otra mano e incorpore el tronco, al tiempo que saca las piernas.
• A veces la persona puede necesitar alguna ayuda del cuidador a nivel de hombros y caderas para facilitar la incorporación de la cama.
• Para evitar mareos es recomendable que permanezca unos minutos sentado antes de transferir a otro lugar o antes de colocar la bata y la ropa.
Si no colabora:
• Si la cama es articulada, elevar el cabecero hasta que la persona quede semisentada.
• Con su brazo más cercano a la cabecera de la cama, rodear los hombros de la persona encamada por detrás, y con el otro brazo coger por la cadera más alejada.
• A la vez, de manera lo más sincrónica posible, hacerla girar en bloque, desplazando las piernas hacia afuera, al tiempo que se le ayuda a incorporar y girar el tronco.
Levantarse de un sillón:
• Colocarse frente a la persona con las piernas flexionadas y la espalda recta.
• Ofrecer los antebrazos como puntos de apoyo.
• Mantener siempre los puntos de apoyo por debajo del nivel de la cintura de la persona.
• Indicar a la persona que se incline hacia delante y que se apoye para levantarse. Otra opción puede ser que, si se puede, la persona rodee con sus brazos el cuello del cuidador.
• Utilizar el punto de agarre de los antebrazos para guiar y acompañar a la persona al realizar la acción de levantarse.
• Es imprescindible que la persona en situación de dependencia pueda mantenerse de pie para poder levantarse adecuadamente y evitar que pierda el equilibrio.
• Es conveniente que el sillón sea alto y no demasiado profundo.
• El cuidador debe mantener siempre la posición con las rodillas flexionadas y desplazando el peso de su cuerpo hacia atrás para evitar cargar con todo el peso del cuerpo de la persona en situación de dependencia.

 
Movilización para enderezar en el sillón de la persona. Tiene como objetivo recolocar convenientemente a la persona en el sillón después de que ésta haya resbalado progresivamente hacia el borde del mismo.
• Colocarse frente a la persona con las piernas flexionadas y la espalda recta.
• Poner un cojín entre las rodillas y las de la persona.
• Abrazar a la persona bajo los brazos, con una mano a la altura del hombro y la otra a la altura de la parte baja de la espalda.
• Indicar a la persona que se incline hacia delante.
• Mantener la posición de flexión de rodillas durante toda la maniobra para evitar soportar todo el peso de la persona.
• Desplazar el peso de su cuerpo hacia atrás para despegar a la persona del sillón.
• Empujar hacia delante las rodillas para acomodar a la persona en el sillón.
• Recordar que al realizar este desplazamiento debemos evitar levantar a la persona hacia arriba para no cargar todo el peso de su cuerpo.
• Para facilitar el trabajo al cuidador y la colaboración de la persona es conveniente que el sillón sea alto y no demasiado profundo.
Movilización para sentar a la persona desde una posición de pie:
• La comunicación esencial para intentar hacer entender que no debe sentarse hasta no sentir la silla en la parte posterior de las piernas.
• Explicar a la persona el momento indicado para empezar a flexionar la cadera y dar más apoyo sobre los brazos.
• Facilitar la visión del asiento e indicar el apoyo puede hacer más fácil la comprensión para el enfermo de la orden que queremos darle. En caso de utilizar bastones, hay que ponerlos a los lados y apoyarse  con las manos en los brazos o asiento de la silla.
• El movimiento de sentarse debe realizarse muy despacio.
• En ocasiones, será necesario poner el bloqueo de pie o pierna para que el enfermo no se deslice: con una mano sostendremos el peso por detrás de la espalda para hacer más cómodo y lento el movimiento. Con la otra mano daremos el estímulo por debajo del vientre como indicación de flexión de cadera.
 

Sobre la autora: Eva Lorenzo Eva-Lorenzo

Eva Lorenzo es Trabajadora Social y gran parte de su vida laboral y formación han girado en torno a la atención de personas mayores y personas con diversidad funcional en situación de dependencia, que necesitaban la ayuda de un cuidador, siendo este, en la mayoría de los casos, de su entorno familiar.

Cuenta también con conocimientos y experiencia en otros ámbitos en los que un trabajador social puede desempeñar su labor (orientación laboral, mujer, inmigración, familia, menores…). En la actualidad se encuentra en búsqueda empleo y ha decidido que no hay una forma mejor de ocupar su tiempo que ayudando a los demás a través de su blog Mi rincón de apoyo al cuidador