/p>El borrador del nuevo catálogo ortoprotésico sigue generando polémica y rechazo. COCEMFE ha mostrado su máxima preocupación ante la publicación de este borrador y exige al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad consensuarlo con el movimiento asociativo de la discapacidad.
Geriatricarea catálogo ortoprotésico COCEMFE
COCEMFE pide consensuar borrador del nuevo catálogo ortoprotésico con el movimiento asociativo de la discapacidad

Y es que, tal y como denuncia Mario García, presidente de COCEMFE, “no es de recibo aprobar un catálogo ortoprotésico que los representantes de sus beneficiarios no comparten y que supone un paso atrás en la calidad de vida de las personas con discapacidad y en la prevención del empeoramiento de su estado de salud. Por eso, exigimos que se incorporen las alegaciones que estamos realizando desde el sector de la discapacidad”.
Así, por ejemplo, esta Confederación rechaza que se obligue a aportar el 100% del coste del producto cuando éste supera el máximo de financiación fijado en el catálogo y que se haya reducido este máximo en algunos productos con respecto al anterior catálogo, del año 2000. El borrador recoge importes máximos de financiación como 352 euros para una silla de ruedas ligera o 2.912 euros para una silla de ruedas eléctrica estándar y si el usuario requiere un producto de gama superior se vería obligado a abonar íntegramente el coste del producto, en lugar de pagar sólo la diferencia como se ha hecho hasta ahora.
Desde COCEMFE se critica también el incremento de forma generalizada de la vida útil de determinados productos ortoprotésicos, doblándola en muchos casos, lo cual obligaría a los usuarios de los mismos a tener que esperar más tiempo para poder renovarlos. “No contempla que, según las circunstancias de cada persona, el mismo producto va a requerir su renovación con mayor o menor periodicidad. Por ejemplo, establecer cinco años para la renovación de una silla de ruedas eléctrica infantil, en pleno periodo de crecimiento, es un disparate, al igual que no tener en cuenta otros factores como la edad o el tipo de vida que lleva cada persona para fijar la duración de los productos”, afirma Mario García.