/p>La farmacéutica TEVA ha comenzado a comercializar en exclusividad en nuestro país Azilect (rasagilina), un fármaco innovador desarrollado por esta compañía para los pacientes con Enfermedad de Parkinson que, con una única dosis diaria de 1mg, combina el efecto modificador de la enfermedad con la eficacia en síntomas motores y no-motores.
Según Carlos Teixeira, Director General de TEVA, “la compañía sigue focalizándose en el área de Sistema Nervioso Central, y el regreso de Azilect a casa es el claro exponente de nuestra apuesta constante en el abordaje de enfermedades neurológicas”.
Geriatricarea Azilect rasagilina TEVA“Los pacientes tratados con 1mg de rasagilina durante 12 meses mostraron un deterioro funcional menor que aquellos a quienes se les retrasó el tratamiento”, afirma Rainel Sánchez de la Rosa, director Médico de TEVA, quien resalta la importancia del tratamiento precoz con Azilect, “ya que produce un beneficio clínico a largo plazo”.
Diversos estudios han demostrado el efecto de Azilect en monoterapia -sin terapia dopaminérgica adicional- sobre los síntomas motores en pacientes con Enfermedad de Parkinson temprana, mejorando significativamente el temblor y la bradicinesia o lentitud de movimientos.
Y respecto al tratamiento como terapia coadyuvante, Azilect produce beneficios adicionales -como mejorar la congelación de la marcha y la inestabilidad postural- en pacientes tratados con levodopa y otros tratamientos concomitantes, incluyendo agonistas dopaminérgicos.
Respecto a los síntomas no-motores, este fármaco tiene un efecto beneficioso en aspectos de la atención y función ejecutiva en pacientes con EP y deterioro cognitivo, sin demencia. Además, es un fármaco seguro y bien tolerado a largo plazo como tratamiento de la Enfermedad de Parkinson temprana y avanzada.
Cabe recordar que la Enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurológica crónica más frecuente en adultos de edad avanzada, después de la enfermedad de Alzheimer. Está clasificada como trastorno del movimiento derivado de la pérdida de células cerebrales productoras de dopamina.
Su prevalencia mundial se estima en cerca del 2% de las personas mayores de 65 años. Aunque tradicionalmente se ha asociado a síntomas motores (como temblor, rigidez, enlentecimiento motor, desequilibrio, marcha festinante o pérdida de la expresión facial), los síntomas no motores de la Enfermedad de Parkinson, como síntomas depresivos, dolor, deterioro cognitivo y trastornos del sueño, pueden ser significativos. Aun no existe cura para la enfermedad, pero se disponen de distintas estrategias terapéuticas para el control motor y no motor de los síntomas.
La Enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo y crónico, por lo que uno de los retos en un tratamiento antiparkinsoniano  debe ser el efecto modificador de la enfermedad.