/p>El dolor crónico es uno de los principales problemas de salud pública, ya que sus costes directos e indirectos representan entre el 2,5% y el 3% del PIB español, tal y como se ha puesto de manifiesto en las Jornadas Nacionales de Actualización para Médicos Rehabilitadotes, organizadas por ESTEVE con el aval de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
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El dolor neuropático es una de las variedades de dolor más complejas y difíciles de diagnosticar

Los especialistas reunidos en este foro han hecho hincapié especialmente en el dolor neuropático, una enfermedad multifactorial que requiere un abordaje multidisciplinar y sigue siendo una de las variedades de dolor más difíciles de diagnosticar, más refractarias y también más complejas de tratar. Y eso pese a su elevada prevalencia, ya que afecta a un 45% de los pacientes con dolor y tiene un enorme impacto sobre su vida personal, familiar, social y laboral: según la Sociedad Española de Neurología, el cuadro de dolor neuropático dura más de 12 meses en más del 65% de los pacientes, de modo que el 85% presenta un deterioro importante de su calidad de vida.
Se trata de un dolor causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso central y/o periférico que se caracteriza por ser continuo, quemante, punzante y, a veces, definido por los pacientes como un escozor. Actualmente, supone entre el 20% y el 30% de las patologías dolorosas que se atienden cada día en las consultas y “afecta a unos 2 millones de personas en nuestro país, con una edad media de 57 años y siendo entre un 10% y un 15% más frecuente en mujeres”, afirma el Dr. Ángel Rubio, coordinador científico de las Jornadas Nacionales de Actualización para Médicos Rehabilitadores. “Es un dolor crónico, en torno al 24% de los pacientes requieren hospitalización y su control se hace más complejo cuanto más tiempo se padece”, comenta este experto.
“A pesar de los avances farmacológicos de los últimos años, sigue siendo una causa importante de sufrimiento en pacientes con dolor crónico. Muchas veces no se puede eliminar totalmente, aunque se puede controlar. Y en este ámbito, el médico rehabilitador juega un papel esencial, ya que uno de los escalones del tratamiento del dolor neuropático corresponde exclusivamente al tratamiento rehabilitador”, afirma el Dr. Rubio.
Según la Encuesta Neuropain, los dos principales cuadros clínicos con dolor neuropático son la radiculopatía, en el 27% de los casos, y el cáncer, en el 17%. “El origen oncológico es más frecuente de lo imaginado, y puede ser debido por la compresión ocasionada por el tumor en el 70% de los casos y también puede aparecer como consecuencia de la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía en otro 25% de las situaciones. También aparece en pacientes que han tenido un herpes zóster o en pacientes diabéticos”, comenta el Dr. Rubio.
Reconocer las manifestaciones clínicas y el posible origen del dolor neuropático, así como un tratamiento adecuado temprano, puede ayudar a limitar su impacto en la vida del paciente. Según los expertos, es una enfermedad multifactorial que debe contemplar un plan terapéutico integral y un abordaje multidisciplinar, con intervenciones multidimensionales personalizadas y consensuadas con el paciente para reducir la intensidad del dolor, con farmacología, psicología y rehabilitación.
Para el Dr. Rubio, “la terapia debe ser precoz, escalonada, individualizada, multidisciplinar, prolongada y agresiva. Y combinar el tratamiento farmacológico y no farmacológico, como incluidas técnicas neuroquirúrgicas”. En este sentido, el papel del médico rehabilitador es clave, ya que a él llegan los pacientes remitidos desde Atención Primaria o Traumatología y atienden prácticamente todos los dolores neuropáticos a lo largo de su evolución.
Las Unidades del Dolor también son esenciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes con dolor neuropático. De hecho, “deberían estar presentes en los 890 hospitales que actualmente hay en España. Pero la realidad es que sólo contamos con 188, habiendo incluso provincias en las que no existen. Es una cifra insuficiente, ya que solamente el 60% de los hospitales españoles cuentan entre sus servicios con unidades de este tipo”, denuncia el Dr. Rubio.