Con el objetivo de reducir el volumen de antibióticos que se acumulan en los domicilios particulares y el riesgo de automedicación que ello conlleva, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la  Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, han puesto en marcha una campaña para recoger los antibióticos sobrantes.

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Medio centenar de farmacias madrileñas recogen hasta el 7 de mayo los antibióticos que los usuarios tengan en su domicilio

Gracias a esta iniciativa medio centenar de farmacias madrileñas recogen hasta el 7 de mayo los antibióticos que los usuarios tengan en su domicilio, poniendo a su disposición contenedores de SIGRE para depositar los antibióticos, al tiempo que reparten dípticos informativos sobre los riesgos del uso inadecuado de los antibióticos y las resistencias bacterianas que ello puede llegar a generar. Los usuarios de las farmacias que depositen sus restos de antibióticos también pueden responder a un sencillo cuestionario sobre el uso de los antibióticos.

En este sentido, tal y como indican desde la semFYC y SEFAC, las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos son un peligro para toda la población pues pueden complicar infecciones difíciles de tratar que aumentan el riesgo de complicaciones y de la probabilidad de desenlace fatal entre las personas infectadas. Las resistencias hacen que los antibióticos pierdan eficacia de tal forma que, en el futuro, cuando alguien necesite esos antibióticos, puede que ya no sean eficaces 
Ambas sociedades advierten que la resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. La OMS ha alartado de este peligro y del riesgo que se corre en un futuro próximo de no contar con antibióticos eficaces frente a la mayoría de las infecciones más frecuentes en la población.
Y es que una de las principales causas de aparición de estas resistencias es el consumo frecuente y repetido de antibióticos cuando se emplean a unas dosis y/o durante tiempo incorrecto o su uso en infecciones como catarros, gripe y la mayor parte de las enfermedades invernales, en las que el antibiótico no se necesita.
Para el Dr. José Mª Molero, coordinador del Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la semFYC, los ciudadanos pueden sentir que “muchas enfermedades pueden tener síntomas similares, pero tal vez no requieran el mismo tratamiento. El antibiótico que se haya recetado para una infección anterior puede no ser necesario en otras infecciones posteriores. Solo un médico puede determinar si una infección requiere tratamiento con antibióticos.
Este experto recalca que “son estos errores los que contribuyen a aumentar la resistencia bacteriana a los antibióticos. Esas bacterias van a producir infecciones más graves y de más difícil tratamiento en la persona y se propagan rápidamente en el resto de la población”, e insiste en recordar a la población que “los antibióticos no actúan como analgésicos y no alivian el dolor de cabeza, el malestar o la fiebre”.
Se calcula que en los hogares españoles hay de media 1,5 envases de antibióticos almacenados en el botiquín. Se trata de un problema grave porque se convierte en el desencadenante de un ciclo que empieza por el incumplimiento de la prescripción y sigue con el almacenaje de los medicamentos y la automedicación.
En el caso de España los antibióticos ocupan el segundo lugar de los medicamentos de uso en automedicación, y casi una tercera parte de la población consume antibióticos sin consultar al médico. “Para utilizar correctamente los antibióticos la población debe estar bien informada”, comenta el Dr. Molero.

En este sentido, la desinformación no se traduce solamente en automedicación, en el ámbito de los tratamientos con antibióticos es imprescindible acotarse a las indicaciones de tiempo, dosificación y rutina establecidos por el médico especialista en medicina de familia. Esta es una realidad diaria, puesto que 20% de los pacientes dice abandonar el tratamiento antibiótico pautado antes de tiempo y el 67% considera que se puede guardar parte de un tratamiento y usarlo en otra ocasión.

Tal y como señala Ana Molinero, vicepresidenta de SEFAC y coordinadora del Grupo de Trabajo de Antibióticos de la Sociedad, “los antibióticos requieren ser consumidos adecuadamente, en las circunstancias y con las condiciones requeridas para cada paciente y siempre tras la valoración, y prescripción de un médico”.

Precisamente con esta campaña se trata de concienciar sobre los riesgos del almacenaje y de reducir su incidencia. «La población se automedica generalmente con los antibióticos que le han prescrito previamente un médico por otro motivo”, señala Molinero, quien apunta que “se da la circunstancia de que en el 30% de los casos la persona que elige automedicarse y la persona a la que se le prescribieron los antibióticos no son la misma, por lo que los riesgos se multiplican.

La puesta en marcha de la campaña coincide con la celebración del 37º Congreso Anual de la semFYC que se celebra del 4 al 6 de mayo en Madrid y que precisamente tendrá como uno de principales temas científicos el uso inadecuado de antibióticos y el control de las resistencias a estos fármacos.