/p>La depresión es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo. Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas viven con depresión, con un incremento superior al 18% entre los años 2005 y 2015.
La falta de apoyo a las personas con trastornos mentales, junto con el miedo al estigma, impiden que muchos accedan al tratamiento que necesitan para superar esta enfermedad. Además, entre las personas mayores generalmente se pasa por alto, pero puede tratarse a un costo relativamente bajo. De hecho, la depresión forma parte de los grandes síndromes geriátricos y constituye un importante problema de salud por su impacto en todas las esferas de la persona.
Los trastornos del estado de ánimo y, fundamentalmente, la depresión en el caso de los mayores, tienen una prevalencia elevada, que oscila entre el 5%-20% en población mayor que vive en comunidad, entre un 11%-45% de los ancianos hospitalizados y hasta un 30-75% de mayores institucionalizados.
Consciente de ello desde la OMS se ha puesto en marcha la campaña «Depresión: hablemos«, de la cual forma parte este vídeo, que tiene como principal objetivo que cada vez más personas con depresión, en todo el mundo, busquen y obtengan ayuda. Y es que, tal y como afirma Margaret Chan, directora general de la OMS, «estas cifras son un llamado de atención a todos los países para que reconsideren sus enfoques sobre la salud mental y la traten con la urgencia que merece».
En este sentido, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa F. Etienne, advierte que «la depresión nos afecta a todos. No discrimina por edad, raza o  historia personal. Puede dañar las relaciones, interferir con la capacidad de las personas para ganarse la vida, y reducir su sentido de la autoestima», y sin embargo «incluso la depresión más grave se puede superar con un tratamiento adecuado”.
La OMS ha identificado fuertes vínculos entre la depresión y otros trastornos y enfermedades no transmisibles. La depresión aumenta el riesgo de trastornos por uso de sustancias y enfermedades como la diabetes y las enfermedades del corazón; lo contrario también ocurre, lo que significa que las personas con estas otras patologías tienen un mayor riesgo de depresión.
Desde la OMS también se quiere incidir en la necesidad de una mayor financiación para hacer frente al aumento de la depresión. Y es que en muchos países, no hay, o hay muy poco, apoyo disponible para las personas con trastornos de salud mental. Incluso en los países de ingresos altos, casi el 50% de las personas con depresión no reciben tratamiento. En promedio, sólo el 3% de los presupuestos de salud de los países se invierte en salud mental, variando de menos del 1% en los países de bajos ingresos al 5% en los países de altos ingresos.