/p>Con el objetivo de estudiar la eficacia y seguridad de un nuevo medicamento para reducir la presión intraocular, la Unidad de Gestión Clínica de Oftalmología del Hospital Universitario Reina Sofía e investigadores del grupo de Calidad Visual del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), participan en un ensayo clínico internacional denominado Mercury3.
Este ensayo consistirá en analizar la seguridad y eficacia de una nueva solución oftálmica llamada PG324 que contiene una nueva molécula que abre innovadoras opciones de tratamiento. La investigación contempla la inclusión de al menos 472 pacientes de diferentes países, que ya están seleccionados, de los cuales 10 serán reclutados en el Hospital Reina Sofía. En total, el estudio se desarrolla en 23 centros de 5 países europeos: Bélgica, Reino Unido, España, Alemania y Francia.
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23 centros de 5 países europeos participan en el ensayo Mercury3, que estudia un nuevo medicamento para tratar el glaucoma

Tal y como indica el especialista en Oftalmología del hospital cordobés e investigador del IMIBIC Rafael Giménez, “las personas que pueden ser incluidas en el estudio deberán presentar glaucoma crónico simple o en pacientes con hipertensión ocular. Serán estudiados cada uno de ellos durante seis meses”. Los restantes pacientes que también participarán en el estudio se irán incorporando progresivamente hasta noviembre del 2018. El ensayo tiene 12 centros activados en España en fase de reclutamiento y el Hospital Reina Sofía ha reclutado ya al primer paciente de España para este estudio. 
El glaucoma es una de las enfermedades más prevalentes en Oftalmología y se estima que puede afectar a un 3,5% de la población entre 40 y 80 años. Esta enfermedad crónica neurodegenerativa puede ser tratada pero no curada, ya que implica la muerte de las células ganglionares de la retina.
De hecho, el glaucoma es la segunda causa de ceguera evitable en el mundo. Los diferentes tratamientos existentes en la actualidad ayudan a retrasar la evolución natural de la enfermedad reduciendo la presión intraocular, aunque el campo visual que ya se ha visto afectado no se puede recuperar. Por ello, apunta el investigador del IMIBIC, “el desarrollo de nuevas terapias más efectivas es una prioridad para reducir el riesgo de ceguera en la población que padece esta enfermedad”.
El porcentaje de población afectada por glaucoma ha ido incrementándose en los últimos años debido al envejecimiento de la población. Los especialistas del Hospital Universitario Reina Sofía recomiendan una revisión oftalmológica a partir de los 40 años, ya que el riesgo de padecer glaucoma aumenta con la edad. La herencia juega un papel importante, por lo que los familiares de una persona afectada de glaucoma deberían revisarse.
La patología suele ser lenta y los procedimientos diagnósticos que habitualmente se emplean son la realización de campimetrías y pruebas de imagen del nervio óptico y de las fibras nerviosas de la retina (que permiten diagnosticar y medir la progresión de la enfermedad). El abordaje de primera elección del glaucoma es farmacológico y cuando la medicación no logra frenar el desarrollo de la enfermedad se recurre a la cirugía con la finalidad de que la presión intraocular se mantenga dentro de unos márgenes adecuados.