/p>En el marco de las actividades programadas dentro de la I Semana de la Salud del bilbaíno barrio de Zorrotza, medio centenar de personas mayores con diversos grados de autonomía, residentes y usuarios del centro de día del centro gerontológico Igurco Zorrozgoiti, perteneciente a la red de infraestructuras sociales de la Diputación Foral de Bizkaia y gestionado por Igurco Servicios Sociosanitarios  de Grupo IMQ, han salido a las calles para realizar gimnasia adaptada.
geriatricarea gimnasia adaptada Igurco Zorrozgoiti
La gimnasia adaptada contribuye la integración social e intergeneracional de los mayores

Esta actividad de gimnasia adaptada, que se ha realizado en el parque exterior del centro gerontológico, ha estado dirigida por Beatriz Alonso y ha sido coordinada por Naiara López de Guereño, trabajadora social de Igurco Zorrozgoiti. Tal y como destacan desde este centro, esta iniciativa de gimnasia adaptada “no solo se trata de una actividad de envejecimiento activo, sino de integración social e intergeneracional de los mayores en el barrio. Además, hemos trabajado la coordinación psicomotriz y las relaciones sociales”.
No en vano, además de la presencia de los profesionales de Igurco Zorrozgoiti, en la iniciativa han colaborado el Centro Comunitario Auzoka de Zorrotza, voluntarios del barrio y familiares de los residentes y usuarios del centro de día.
Las personas mayores se han dividido en tres grupos. En primer lugar ha hecho la gimnasia el grupo de personas mayores autónomas (sin ningún tipo de dependencia física). A continuación, la actividad ha tenido como protagonistas a las personas mayores con dependencia funcional. Por último, los residentes y usuarios con dependencia cognitiva (con o sin dependencia funcional), han realizarán la actividad física dentro de sus capacidades individuales.
Y es que la práctica de actividad física adaptada (AFA) en personas mayores institucionalizadas reduce en un 35% las caídas, tal y como se desprende del estudio HAPPIER. Esta investigación, realizada a nivel europeo y promovida por la Fundación Siel Bleu, confirma el impacto positivo y preventivo de los programas de actividad física adaptada en la calidad de vida y autonomía de las personas mayores en el ámbito residencial.
El ejercicio físico es fundamental para la promoción y mantenimiento de la autonomía funcional en las personas mayores, y especialmente para prevenir y tratar la fragilidad así como para paliar, en la medida de lo posible, el deterioro funcional asociado a situaciones invalidantes.